Crímenes

Recomendaciones de Hemingway para escritores

Un compendio de 16 libros fue la receta que el escritor confió a uno de sus asistentes para refinar el arte de la literatura cuando se aspira a vivir de ese oficio

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17.06.2017

Tegucigalpa, Honduras
Arnold Samuelson era en 1934 un aspirante a escritor que se dedicaba a recorrer Estados Unidos con el objetivo de conocer a sus escritores favoritos.

El principal en la lista era Ernest Hemingway, con quien logró no solo conversar ese año, sino trabajar en su barco como asistente.

En su libro With Hemingway: A year in Key West and Cuba (Con Hemingway: Un año en Cayo Hueso y Cuba), en el cual relata sus experiencias con el Nobel de Literatura, hace referencia a esa lista que el novelista estadounidense le dio como 16 lecturas imprescindibles para todo joven aspirante a escritor.

Las primeras cinco lecturas son: “El hotel azul” de Stephen Crane, “El bote abierto” de Stephen Crane, “Madame Bovary” de Gustave Flaubert, “Dublineses” de James Joyce, “Rojo y negro” de Sthendal, a las cuales les siguen “Servidumbre humana” de W. Somerset Maugham, “Ana Karenina” de Lev Tolstoi, “Guerra y paz” de Lev Tolstoi, “Los Buddenbrook” de Thomas Mann y Hail and Farewell de George Moore.

Finalmente, la selección formativa del cuentista se cierra con “Los hermanos Karamazov” de Fyodor Dostoyevski, The Oxford Book of English Verse, “La habitación enorme” de E.E. Cummings, “Cumbres borrascosas” de Emily Brönte, “Allá lejos y tiempo atrás” de W. H. Hudson y “El americano” de Henry James.

Otras de las recomendaciones del laureado escritor fueron inmortalizadas en el escrito como pequeños consejos, entre ellos: escribe frases breves, comienza siempre con una oración corta, utiliza un inglés vigoroso, sé positivo, no negativo.

Sobre la costumbre de algunos literatos de escribir de una manera complicada, afirmaba: la jerga que adoptes debe ser reciente, de lo contrario no sirve. Y evitar el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como “espléndido, grande, magnífico, suntuoso”.

Arnold Samuelson logró en 1934 trabajar como asistente del novelista y decidió inmortalizar sus enseñanzas en el libro “Con Hemingway: Un año en Cayo Hueso y Cuba”.