Crímenes

Artículo de Octavio Carvajal: ¡Triángulo de corruptos!

El Salvador, sin urgir de entes foráneos, tiene un sistema jurídico funcional. En Guatemala está la Cicig y aquí la Maccih hace su labor en las redes sociales

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17.06.2017

Tegucigalpa, Honduras
Honduras, El Salvador y Guatemala, que integran el Triángulo Norte (por intereses económicos y geopolíticos), se sacudió en los últimos tres años tras la reclusión de varios de sus gobernantes acusados de cometer graves delitos que van desde lavado de dinero hasta triangular negocios con el narcotráfico.

¡El traje de la mafia!
El pus de dignatarios rompió las fronteras al saberse, en primera instancia, la orden de arresto contra el ahora fallecido Francisco Flores, exjefe salvadoreño (1999-2004) acusado de un rosario de delitos, entre enriquecimiento ilícito y peculado por más de 15 millones de dólares donados por Taiwán para “obras sociales”.

Rico ladrón
Era graduado de Filosofía y Desarrollo Económico en la Universidad de Harvard. Estudió en Inglaterra y la India. Llegó al poder por el Partido Arena. Se miró noble y casto durante su mandato mientras dolarizaba la economía, pero atrás de su sonrisa tenía las uñas escondidas. Así también pasa con ciertas damas camaradas del crimen organizado.

Se ordenó la captura de Flores en abril de 2014. Estuvo prófugo, pero al nomás ser arrestado se le culpó de ganancia ilícita y fraude. Poco tiempo duró su cautiverio. Una obstrucción arterial lo mató. Así terminó su calvario por abusar del dinero para los pobres. El Salvador y el mundo lo vieron caer. Paco Flores murió rodeado de culpas.

Su sucesor (un excronista deportivo sin título) Elías Antonio Saca, conocido como Tony Saca (2004-2009), llegó con Arena. Juró un “País seguro” buscando reducir la delincuencia callejera con un plan “Supermano dura”, pero a él y a sus amigos los sedujo la codicia. Saquearon las finanzas. Hoy, peritos narran su descomunal robo.

Pillo
En el ocaso de octubre de 2016 fue engrillado (sin pajas) por un aparatoso despliegue policial. Fue sacado de la boda de su hijo del club La Hacienda de los Miranda. Sobre él pesan delitos de peculado, lavado de dinero y agrupaciones ilícitas. Transfirió 246 millones de dólares del erario a cuentas y empresas de particulares.

Para la Fiscalía, Saca metió una “grave corrupción”, llevándose de paso a su esposa Ana Ligia (prófuga) y a seis de sus cercanos, entre ellos tres de gran renombre en pasillos políticos y empresariales. Es el primer exgobernante alojado en el penal La Esperanza (conocido como Mariona). Para los “guanacos”, Tony se peinó el país.

Le acompañan César Funes, expresidente de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Anda); Julio Rank, exvocero de gobierno; Elmer Charaix, exsecretario privado; Pablo Gómez, Francisco Rodríguez y Jorge Alberto Herrera. La lista de presos es extensa y otros gozan de libertad por supuesta enfermedad. Saca clavó sus bandidos.

Protegido
No han tenido ningún trato especial y cada vez que van a audiencia judicial sus manos están encadenadas.

También está requerido el exmandatario Mauricio Funes, del FMLN (de izquierda), señalado de lucro ilícito, lavado de dinero y malversación de fondos. Sus cuentas bancarias están congeladas.

Permanece asilado en Nicaragua. En Guatemala, el juicio “La Línea” (dolo y contrabando fiscal) botó del poder en 2015 al expresidente Otto Pérez y a su dupla Roxana Baldetti (pedida en Estados Unidos por narco).

La Cicig lideró las pesquisas hasta llevar a la cárcel a más de cuarenta funcionarios. Más de 80 mil escuchas telefónicas y cinco mil mensajes de correos electrónicos los hundieron.

Baldetti compró cielo de peculios, fincas y manejó unas 15 cuentas en bancos. Tenía testaferros hasta para exportar. A Pérez Molina le dotó una Harley Davidson (al modo olanchano), un yate 2012, un chalet, un helicóptero TG-PES en 2014 y, en gratitud a ella, el general le regaló un complejo en Crawfish Rock, zona pomposa en Roatán, Islas de la Bahía, con valor de 1.2 millones de dólares.

El Salvador, sin urgir de entes foráneos, tiene un sistema jurídico funcional. En Guatemala está la Cicig y aquí la Maccih hace su labor en las redes sociales. Solo hay presos por el colosal robo al Seguro Social, pero quienes perpetraron otros asaltos públicos están legislando “por el bien del país”. ¡Qué injusticia!