Honduras

Vecinos de Yarumela y San Antonio renovaron pacto de paz

Por medio del encuentro entre las imágenes de los santos patronos, los pobladores de ambas comunidades sellaron un año más de amistad.

FOTOGALERÍA
02.10.2013

Hace más de tres décadas que Rubén Bustillo, de 75 años, se ofrece cargar en hombros la imagen de su benefactor celestial San Antonio, el patrono de la aldea de Yarumela, sitio donde reside el anciano.

La imagen junto a la nutrida comitiva que le acompaña fueron recibidos en la entrada de Yarumela, sitio donde les aguardaba el santo patrono San Francisco de Asís.

Este mismo encuentro cada 1 de octubre se ha festejado durante más de 50 años en la zona. Al encontrarse las dos imágenes, se lleva a cabo un acto especial conocido como reverencia, el cual consiste en que las personas que cargan a ambas imágenes las inclinan, como especie de saludo, para luego continuar la marcha.

A este encuentro se le conoce como guancasco.

“Son 35 años los que he presenciado este acto, acercamiento de las dos imágenes que nos recuerda que debemos mantener la paz y permanecer unidos por la fe”, dijo Bustillo.

Al llegar a la comunidad anfitriona se realiza un desfile por las calles principales y luego se disfruta de música de banda y exquisitos platillos.

El guancasco se realizó en esta ocasión en Yarumela con la presencia de más de 500 personas.

Según José Santos Torres, miembro del Comité Cultural Nuestras Raíces de Yarumela, el guancasco no solo les une a través de la fe, sino también los hace conservar una tradición lenca.

“Es una tradición que promovemos desde hace décadas, la cual nos permite restablecer los lazos de amistad y que nos hace sentir llenos de orgullo porque el guancasco es una tradición que son pocos los pueblos que lo han mantenido”, dijo Torres.

De acuerdo con Samuel Hernández, anciano, el guancasco se celebra en Yarumela desde 1940. Esta tradición fue la que terminó con los problemas de tierras y de aspectos sentimentales entre ambas localidades, aseguró Hernández.

Historia

Los ancianos narran que décadas atrás cortejar a una mujer del pueblo vecino de Yarumela era una sentencia de golpes o la muerte.

Las tierras también representaban otro elemento de conflicto entre ambas localidades. El conflicto entre ambas aldeas llevó a las autoridades eclesiales, décadas posteriores, a buscar una solución a los problemas que enfrentaban ambas comunidades a través de la religión.

Es así que como alternativa decidieron organizar un encuentro entre los santos patronos y de esta manera inició el tradicional guancasco, evento que se realiza al inicio de la feria patronal de Yarumela.

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