Honduras

El arte de construir máquinas en miniatura...

Carlos Rosales es un enfermo de la militaria y el modelismo gracias a una pasión que heredó de su papá.
FOTOGALERÍA
21.10.2017

Tegucigalpa, Honduras
Su loca pasión por el maquetismo a escala se remonta a la década de los ochenta, cuando rozaba los 10 años y recibió de su padre el regalo que marcó su vida: “Él me compraba soldaditos de guerra, tanques, aviones y esas cosas y así me fui enamorando del maquetismo y del coleccionismo”.

Carlos Rosales cumplirá mañana 44 años, pero recuerda como si fuera hoy el primer avión a escala que armó, con la paciencia de ubicar cada pieza en su lugar y con el ardimiento que los años maravillosos le ofrecían para sentirse pleno al abrir la caja del Stealth Fighter británico, el que fue su primer amor.

“En ese tiempo la desaparecida Farmacia Satélite vendía estos aviones y recuerdo que una tarde mi papá me lo llevó... creo que le costó como 60 lempiras y desde que me lo dio lo empecé a armar. De la emoción terminé esa misma noche, pero lo chistoso es que me quedó todo feo... ja, ja, ja... mi inexperiencia hizo que no le pusiera las pinturas adecuadas ni el pegamento recomendado... je, je, je”.

Vea todas las creaciones de Carlos Rosales en estas fotos

Entre los recuerdos luce furioso este Mig-25 versión de la India.

Bienvenido seas...
Se vinieron luego más cajas y más experiencias, hasta llegar a totalizar más de 80 máquinas, incluso la réplica del mismísimo Stealth Fighter británico, “esta vez bien armado... ja, ja, ja”.

Graduado de relaciones internacionales, instructor de historia militar y geopolítica y miembro del Museo del Aire de la Fuerza Aérea, tocaba la puerta de la sociedad de maquetistas de la capital.

- ¿Cuál es el más especial?
- Mi favorito es el Mirage francés, me gusta su forma y su historia. Estuvo en la Guerra de Malvinas y hasta en el conflicto del Cenepa entre Ecuador y Perú.

- ¿El que más te costó?
- El helicóptero Tigre franco-alemán que ya no lo tengo, se me extravió. Me tomó de tres a cuatro meses ya que las piezas de los helicópteros son más pequeñas y delicadas y el grado de complicación es mayor.

- ¿Y cuál es el más grande?
- El Mikoyan-Gurevich MiG-25, que es un avión de reconocimiento de alta velocidad diseñado en la URSS.

Y entre aviones, soldados de armar, tanques, blindados, pinturas y hasta figuras de ciencia ficción como GI Joe y Star Wars, los años pasan, pero el fanatismo por el maquetismo sigue intacto.

“Con el tiempo los modelos van adquiriendo más valor. Hoy un avión cuesta 1,500 lempiras promedio... estamos hablando que mi colección tiene un valor arriba de los cien mil lempiras”. Y que no se detenga...