Conseguir unas pestañas infinitas es cada vez más fácil.
Si la naturaleza no te dotó de unas pestañas largas y tupidas, la cosmética, la tecnología y la medicina estética te ofrecen soluciones verdaderamente sorprendentes, que van desde los tratamientos naturales hasta los más permanentes.
Una de las soluciones más simples para dar volumen y alargar las pestañas es la pinza o el rizador.
Aprende cómo utilizarlos para sacarle el mejor partido a tus pestañas.
Riza siempre tus pestañas cuando estén limpias y frescas, posteriormente aplica el rímel o pestañina.
Nunca intentes rizar tus pestañas cuando estén cargadas de producto, pues tienden a resultar más frágiles y propensas a quebrarse.
La mejor manera de encresparlas consiste en poner el rizador lo más cerca posible de la raíz de las pestañas, abriéndolo y cerrándolo cuatro o cinco veces para realizar toda la curva hasta llegar a la punta.
De esta manera las pestañas lograrán una curva de aspecto natural sin lucir quebradas, además asegúrate de que estás utilizando un rizador de pestañas lo suficientemente amplio como para cubrir la línea entera de la pestaña sin que se vea el corte.
Para lograr una técnica adecuada intenta mantener un agarre firme y continuo del rizador.
Asegúrate siempre de que los taquitos de goma de la pinza estén limpios y firmes, así evitarás quebrar e incluso cortar tus pestañas.
En un principio puedes pensar que la pinza es muy difícil de manejar e incluso puede resultarte incómodo el hecho de encrespar tus pestañas, pero una vez que te acostumbres notarás lo imprescindible que se vuelve este procedimiento.
Incorpora este paso en tu rutina de maquillaje y tus pestañas estarán preparadas para la aplicación de la pestañina o rímel, que tendrá como función alargar y aportar un poco de grosor y color a la pestañas, destacando los ojos y haciéndolos lucir mucho más grandes e impactantes.