El "glacial look" arrasa esta Navidad 2025: cómo lograr el maquillaje más viral de la temporada
La consigna de esta Navidad es destacar un rasgo y orquestar el resto en torno a él, avanzando desde el maquillaje minimal y casi imperceptible de los últimos años hasta propuestas más marcadas
- Actualizado: 11 de diciembre de 2025 a las 13:03
La temporada festiva de 2025 llega con una paleta que combina brillo, sobriedad y un punto de fantasía invernal. Las tendencias en maquillaje para estas fechas apuestan por la luminosidad controlada, los tonos metálicos suaves y la recuperación de clásicos reinterpretados, desde el rojo brillante hasta los matices vino.
La tendencia más comentada es el llamado ‘glacial look´, un maquillaje que se inspira en el brillo helado de la estación. La piel se trabaja con texturas ligeras, bases apenas perceptibles y un acabado jugoso que recuerda al cristal empañado.
La hidratación previa es esencial para lograr un efecto luminoso pero natural. Esta propuesta prescinde de los excesos y reivindica la luz estratégica: pómulos, puente de la nariz y lagrimal se iluminan con sutileza, creando un aura fría y nítida.
En los ojos, los plateados recuperan protagonismo, acompañados de azules hielo y blancos perlados. Son tonos que, lejos de resultar estridentes, aportan sofisticación y un aire futurista.
El delineado plateado surge como detalle estrella, una línea fina que recorre el párpado superior o que se concentra en el lagrimal para aportar claridad instantánea. La mirada adquiere así un protagonismo casi escénico, aunque siempre desde la precisión y la limpieza.
Los labios del ‘glacial look’ se mantienen en rosa frío o nude suavizado, de forma que la atención se desplace hacia la luz del rostro y el trabajo de la mirada. En conjunto, se trata de un maquillaje que combina teatralidad y contención y que encaja tanto en reuniones diurnas como en celebraciones nocturnas.
Pero la Navidad también es territorio de clásicos, y este año regresan actualizados. El rojo continúa siendo el tono estrella, aunque con acabados diferentes: lacado, satinado o ligeramente brillante. Lejos de los mates intensos de temporadas pasadas, la tendencia se decanta por texturas más vivas, capaces de captar la luz sin saturar.
En paralelo, los tonos vino consolidan su presencia como alternativa sofisticada. Cerezas profundas, borgoñas y ciruelas estructuran un perfil más invernal, especialmente favorecedor en pieles frías, una propuesta que sugiere la firma Prada para esta Navidad.
El ‘glitter’ se reserva para detalles pequeños. Ya no cubre todo el párpado, sino que se aplica en puntos concretos: un destello en el centro del ojo, un acento en el lagrimal o un toque sobre una sombra metálica para realzarla. Esta contención permite jugar con brillos sin caer en excesos típicamente festivos.
Las cejas mantienen un diseño natural, peinadas hacia arriba y fijadas con gel transparente. La estructura del rostro se completa con colorete y bronceador difuminados en la técnica conocida como ‘blonzing’, un híbrido que aporta calidez al pómulo sin marcar contornos severos.
El maquillaje navideño también se adapta al plan. El éxito de estas propuestas responde a un contexto en el que se busca equilibrio entre brillo y moderación. Tras temporadas de contrastes marcados, la belleza navideña se inclina por un estilo consciente, donde cada elemento tiene un propósito.
La piel es radiante pero no excesiva; los ojos brillan, pero sin saturación; los labios destacan sin convertirse en una máscara independiente del rostro.
Además de su valor estético, estas tendencias poseen una ventaja práctica: la versatilidad. Los tonos metalizados pueden adaptarse a diferentes intensidades y los labiales profundos funcionan tanto en pieles claras como en las más cálidas. Esta flexibilidad facilita que cada persona interprete las propuestas según su estilo.
En conjunto, la Navidad de 2025 plantea un maquillaje que combina tradición y modernidad, brillo y mesura, intensidad y precisión. Frente a la tentación de recurrir a todos los recursos festivos a la vez, la tendencia principal invita a elegir un foco (mirada, labios o luminosidad) y dejar que el resto del maquillaje actúe como acompañamiento.