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Los mayas inspiran obras de pintores hondureños

Julio Visquerra, Roque Zelaya y Rubén Salgado plasman en sus cuadros el esplendor
de la civilización asentada en Copán, la cotidianidad y el 21 de diciembre, el fin de un ciclo.

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16.12.2012

La grandeza de los mayas se palpa no solo en las estelas, en los templos y escalinatas, en las figuras de sus dioses y en las reliquias protegidas en los museos de Copán.

Varios pintores hondureños han encontrado una inagotable fuente de inspiración en esa cultura milenaria que imprimió su huella en la astrología, en la ciencia y en la arquitectura.

Julio Visquerra es uno de ellos. El pintor nacido en Olanchito, Yoro, mostró a Honduras y al mundo la cultura de los mayas a través de una

exposición denominada “Encuentro de dos mundos”.
Pero, ¿por qué están los mayas en su obra?

La respuesta del pintor es sencilla: “Porque es parte de nuestras raíces; y nada mejor que ser invitado a países europeos para llevar parte de nuestra cultura más representativa de la cual todos nos sentimos orgullosos”, dijo.

En las pinturas de “Encuentro de dos mundos” se plasman temas cotidianos de la vida de los mayas en los que se les muestra en ceremoniales, en instantes previos a un juego de pelota, entre otras. “He querido contar qué es lo que descubren los colonizadores cuando llegan a nuestras tierras, una riqueza étnica de la cual surge nuestro mestizaje”, explicó Visquerra.

En la colección de cuadros hay un paralelismo de dos culturas: conquistadores y conquistados, opresor y oprimidos, amos y esclavos, la fuerza del invasor y el misticismo de una cultura extinguida: los mayas.

La figura femenina sigue siendo un elemento fundamental en sus obras, porque según el artista, toda nuestra vida gira en torno a la mujer. Es como un homenaje a la fertilidad y a la belleza, una crítica a la ornamentación y a lo efímero.

Las pinturas continúan llenas de color, “son como una terapia para la persona que las contempla, quiero que los espectadores se sientan inconscientemente regocijados ante un cuadro, que el objetivo no sea siempre la temática, ya que el color tiene un factor muy importante en las personas que ven el cuadro”, expresó.

Visquerra está seguro de que el 13 Baktún significa para los mayas el fin de una era y para nosotros el comienzo de otra.

Julio Visquerra presentó su obra en la Galería Portuguese como parte de la actividad “Honduras artística al descubierto”, en la que participaron otros destacados talentos hondureños, y representó a Honduras en el Otoño Cultural Iberoamericano (OcIb), en Huelva, España.

“Afortunadamente el arte es un lenguaje universal y mi trabajo gusta unánimemente en todos los países donde expongo, ya que llaman mucho la atención el color y los temas tropicales donde ubico mis personajes”, apuntó.
Visquerra cambió esta vez alegoría a la naturaleza y la fertilidad para mostrar otro lado de Honduras: los mayas.

Lo hizo en un año crucial en el que no solo se celebra el final de un ciclo en el calendario maya, sino un tiempo de muchas satisfacciones para el artista hondureño, quien llevó su obra a países como Alemania, España, Italia, Estados Unidos y Centroamérica.

“Este año ha estado lleno de proyectos que han concluido satisfactoriamente, ha sido un gran esfuerzo ya que todas esas exposiciones que realizo fuera de nuestro país ocasionan muchos gastos y se requiere de un gran presupuesto que tengo que cubrir por mi propia cuenta”, dijo.

Y en 2013, ¿descubriremos a un nuevo Julio Visquerra? Él mismo adelantó que se está preparando para comenzar un nuevo proyecto el próximo año que “me hará cambiar toda la temática que habitualmente conocen”.

RIQUEZA MAYA. Julio Visquerra no es el único que se inspiró en los mayas para pintar sus cuadros.

La civilización maya también ha motivado las obras de Rubén Salgado. El joven artista expuso en la Galería Portuguese, Italia, como parte de la actividad “Honduras artística al descubierto”, una colección de pinturas que parten de los colores cálidos a los fríos y que representan con trazos y líneas doradas la inteligencia y arte de los mayas.

El entorno artístico, jeroglíficos y el calendario maya son algunos de los elementos que se plasman en su obra y que muestran la riqueza de una cultura.

La obra de Rubén gira en torno al 21 de diciembre y todas la teorías y creencias erróneas que se tejen sobre este acontecimiento que marca el calendario maya.

“El tema en sí es ‘Fuego nuevo’, que representa esa parte novelesca que la gente cree sobre el fin del mundo, que es falso, ya que se trata de la finalización de un ciclo, es un nuevo amanecer, y más bien los mayas nos invitan a ser mejores cada uno consigo mismo, para cambiar el planeta porque lo estamos destruyendo. No se trata del fin, sino de ser mejores”, dijo el artista, hace unos días, a EL HERALDO.

Arte naíf

El sello primitivista del pintor Roque Zelaya no podía faltar en un momento tan importante en la historia de los mayas.
Mito o realidad, el 21 de diciembre inspiró al artista a trabajar en una serie de pinturas y dibujos en pequeño formato con medidas desde 14.5x13 cm hasta 22X17.5 cm, elaboradas al óleo sobre cartoncillo.

El colorido que caracteriza las obras del artista naif y algunos mensajes en los que el pintor deja ver su pensamiento, están dedicados a los gobernantes mayas 18 Conejo y Madrugada. A este último le escribió una dedicatoria: “A la ciudad ya abandonada se le apagó el calor sobre el horizonte, con su último soberano Nuevo Sol, al amanecer de su última Madrugada”.

Detalló que el rey 18 Conejo “me lo creé a mi manera y traté de plasmar un semblante sereno tal y como debe ser el de un rey”.

Los dibujos y pinturas de Zelaya, que forman parte de una colección de postales conmemorativas, muestran un lado diferente de Copán, el elemento humano, como una representación de la importancia turística de Copán Ruinas.

Eso es visible en uno de sus cuadros donde aparece un grupo de niños practicando el juego de pelota de los mayas, mientras adelante de ellos, un personaje que representa al pintor admira una estela maya.

Cada detalle, cada estela, cada templo y rostro maya intenta decirle a quien admira su trabajo, que el legado de los mayas sigue vivo en la memoria de los hondureños.

LA COLECCIÓN. La visión poética de Zelaya sigue apareciendo en estas obras sobre los mayas, donde el deja al descubierto su admiración por ellos. Sobre todo cuando con sus pequeñas figuras ofrece serenata a las esculturas talladas en piedra, testimonio grabado de esta civilización.

Toda la colección de grabados y dibujos es un Copán primitivista, cuyas estelas, templos, senderos y escalinatas cobran vida gracias al elemento humano que el pintor plasma en su obra.

Desde una panorámica Copán, “Estela D”, “La niña que canta”, “Ruinas de Copán”, “18 Conejo”, “Ancianito maya”, “Boda en Copán” y “La estela”
son algunos de los nombres de sus obras.

PINTOR CINCO ESTRELLAS. Roque Zelaya Acosta, nacido en 1958 en el municipio de San Antonio de Flores, el lugar donde encuentra su inspiración, es considerado un icono del costumbrismo nacional.

Sus obras con un estilo delicado y bien definido, no son solo concepciones pictóricas definidas por una sencilla visión poética de la realidad, sin mitificarla.

Las situaciones cotidianas del hondureño común y los paisajes de los pueblos recónditos de la nación, retratados con mucho color, se repiten en su obra.

Desde aquel momento de 1977 cuando doña Leticia de Oyuela (QEPD)lo descubrió como artista, Roque ha llevado su obra a todo el mundo. La prueba es que hoy, por ejemplo, 24 de sus pinturas están en la página web de la galería Gina’s Galery, del coleccionador de arte naíf Dan Chill, que tiene su sede en Nueva York y Tel Aviv.

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