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Turquía desvanece su deseo de la Unión Europea

Su petición tuvo cualquier cosa menos una cálida recepción de muchos integrantes de la UE.

17.12.2011

A medida que el contagio económico opaca a la Unión Europea, la nueva asertividad de Turquía se está moviendo cada vez más hacia Oriente, en vez de Occidente, y formulándose una irritante pregunta: ¿Debería Turquía rechazar a Europa antes de que Europa rechace a Turquía?

Cuando Recep Tayyip Erdogan, el carismático primer ministro, obtuvo una contundente victoria y llegó al poder en 2002, convirtió el ingreso de Turquía a la UE en su máximo objetivo.

Determinado a apuntalar el país con Occidente, el Partido Justicia y Desarrollo de Erdogan, de inspiración musulmana, acometió espinosos asuntos como el mejoramiento de los derechos de minorías y aligerar restricciones sobre la libre expresión para acercar más a Turquía a las normas occidentales.

Sin embargo, la petición de Turquía tuvo cualquier cosa menos una cálida recepción de muchos integrantes de la unión, no en menor medida debido a la gran población turca, que es casi totalmente musulmana. Las negociaciones se prolongaron interminablemente sin que produjeran en algún momento una clara senda hacia la membresía.

Ahora, a Turquía ya no le agrada la idea, destacan analistas aquí. Al tiempo que Europa está envuelta en una creciente crisis de crédito y el tumulto de la Primavera Árabe crea oportunidades para que Turquía ejerza nueva influencia como una potencia regional, la gente aquí está considerando un paso que habría sido impensable apenas unos cuantos años atrás: alejarse por completo de la UE.

“El Primer Ministro Erdogan quería ser el líder de los conservadores musulmanes que llevara Turquía a Occidente, pero después de que Europa lo traicionara, él abandonó esas ambiciones”, dijo Erol Yarar, el fundador de un grupo empresarial de conservadores religiosos integrado por 20,000 empresas, el cual está cerca del primer ministro. “Actualmente, la UE no tiene influencia alguna sobre Turquía, y la mayoría de los turcos se pregunta, ‘¿por qué habríamos de formar parte de un caos tan grande?’”

La política exterior de Turquía en Oriente Medio, cada vez más vigorosa, quedó de manifiesto la semana pasada, cuando le impuso duras sanciones a Siria e hizo preparativos para una posible intervención militar.

Además, Turquía se ha convertido en una poderosa voz de la indignación regional en torno al trato que Israel le da a los palestinos, particularmente desde que congeló sus vínculos con Israel debido a un mortífero ataque de comandos sobre una flotilla de embarcaciones que intentó llegar a Gaza desde Turquía.

En el ínterin, funcionarios turcos dicen que las relaciones con la UE se han deteriorado a grado tal que se han acabado las esperanzas, empeoradas por la perspectiva de que Chipre asuma la presidencia rotatoria de la unión el año entrante.

Turquía ha estado enfrascada en una insuperable pugna política con Chipre desde 1974, cuando invadió la isla para impedir una unión propuesta con Grecia y estableció un gobierno rival en la porción de la etnia turca de Chipre, que solo es reconocido por ellos.

El mes pasado en Londres, el presidente Abdulá Gul criticó con dureza a Chipre, diciendo que era un “medio país” que conduciría a una “miserable unión”, informó un diario turco, Milliyet. Después, cuando Francia dio el inusual paso de proponer la semana pasada que Turquía fuera invitada a participar en una reunión de cancilleres de la UE para discutir el tema de Siria, Chipre vetó la idea.

Hace un siglo, cuando el Imperio Otomano se estaba viniendo abajo, Turquía adquirió el mote nada bienvenido de “el hombre enfermo de Europa”.

Ahora, muchos turcos no pueden sino regodearse de que la economía turca tenga pronosticado un crecimiento anual de 7.5 por ciento para este año, al tiempo que el de Europa esté cascabeleando.

“Quienes nos llamaron ‘enfermo’ en el pasado, ahora están ‘enfermos’”, dijo Zafer Caglayan, el ministro de economía de Turquía, en fecha reciente. “Que Dios les conceda la recuperación’’.

No es nada seguro que las conversaciones sobre membresía de Turquía, que han logrado escaso progreso en muchas áreas desde 2006, logren éxito alguno cuando Chipre asuma la presidencia rotatoria de la UE en julio de 2012, debido a que el gobierno turco ha dicho que boicoteará la presidencia, congelando efectivamente las negociaciones.

Si las pláticas siguen en un atolladero en 2012, dicen funcionarios turcos en privado, podrían terminar siendo abandonadas.

La opinión popular en Turquía ya le dio la espalda. Con base en sondeos del Fondo Marshall de Alemania, 73 por ciento de los turcos consideraban que la membresía era algo positivo en 2004, pero solo 38 por ciento sentía lo mismo para 2010.

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