Ciudad del Vaticano.- Varias horas después de que se anunciara la muerte del papa Francisco, el Vaticano ha dado a conocer el testamento del líder de la Iglesia Católica. Se trata de un escrito muy breve en el que expresa su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor .
A las 20:00 horas, tras sellar el apartamento papal y trasladar su cuerpo a la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta, se difundió el testamento, fechado el 29 de junio.
Aunque el papa se estaba recuperando de una neumonía bilateral que lo mantuvo hospitalizado por más de 30 días, además del testamento se han revelado las verdaderas causas de su muerte.
El Vaticano informó que la caída de Francisco se debió a un derrame cerebral y una insuficiencia cardíaca posterior irreversible.
¿Qué dice el testamento del papa?
"Miserando atque Eligendo. En el nombre de la Santísima Trinidad. Amén.
Testamento: Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad solo respecto al lugar de mi sepultura.
Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por eso, pido que mis restos mortales descansen en espera del día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.
Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiguo santuario mariano donde fui a orar al inicio y al final de cada Viaje Apostólico para confiar con confianza mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su cuidado dócil y maternal.
Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal como se indica en el documento adjunto.
El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus.
Los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto, y que sea trasladada a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y de la cual he dado instrucciones oportunas a Mons. Rolandas Makrickas, Comisionado Extraordinario del Capítulo Liberiano.
Que el Señor conceda la recompensa merecida a quienes me han amado y continuarán orando por mí. Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos.