Débil y agotado: así lució el papa Francisco en su última aparición antes de morir
Tras un periodo de 38 días ingresado en el hospital Gemelli y una lenta recuperación en su casa, el papa Francisco murió luego de ser visto impartiendo la bendición ‘Urbi et Orbi’ en el Domingo de Resurrección
- 21 de abril de 2025 a las 05:50

Después de más de un mes de ingreso y una recuperación progresiva en su residencia vaticana, el pontífice ha fallecido este lunes a los 88 años, según ha anunciado el cardenal Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano. Aquí algunas de las imágenes de cómo fue visto un día antes de morir.

El papa Francisco ingresó en el Hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero de 2025 por problemas respiratorios, que derivaron en una neumonía bilateral y varias crisis respiratorias, dos de ellas graves. Fue dado de alta el domingo 23 de marzo.

El papa, visiblemente debilitado, apareció el domingo 20 de abril en el balcón central de la basílica vaticana para impartir su tradicional bendición Urbi et Orbi en el marco de la Semana Santa. Esta fue su última aparición pública antes de su fallecimiento, según confirmaron hoy las autoridades vaticanas.

Con el rostro visiblemente cansado y la mirada apagada, apoyado por sus asistentes, el pontífice se dirigió al mundo con una voz suave, en un gesto de compromiso y fe que conmovió a miles de fieles presentes.

A pesar de su deteriorado estado de salud, que venía arrastrando desde hace semanas por una infección respiratoria, Francisco decidió salir al balcón central de la Basílica de San Pedro para compartir con millones de católicos su mensaje pascual.

En silla de ruedas y sin los tubos nasales para el oxígeno, Jorge Bergoglio realizó la tradicional bendición “Urbi et Orbi”. Sostenido por sus asistentes, el papa apenas levantó las mano en señal de bendición.

Durante toda la Semana Santa, el pontífice había estado ausente de la mayoría de celebraciones litúrgicas.

Por sorpresa, el papa recorrió la plaza de San Pedro en "papamóvil" durante varios minutos e incluso detuvo el vehículo para bendecir a algunos niños, aunque se le notaba con dificultad en los movimientos.

Aunque se rumoraba sobre la gravedad de su salud, pero él insistió en aparecer, aunque fuera brevemente, para dar esperanza a los fieles.

Hoy, el mundo despide a un papa que, incluso en su agonía, quiso estar presente. Su última imagen, débil, pero digna, es ahora símbolo compromiso para los religiosos.