El Vaticano.- En un gesto que reafirma su coherencia y sencillez, el papa Francisco reveló que deseaba ser sepultado en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, una de las iglesias más emblemáticas del catolicismo y profundamente ligada a su vida espiritual.
“Cuando fallezca, no me enterrarán en San Pedro, sino en Santa María la Mayor: el Vaticano es la casa de mi último servicio, no la eternidad”, escribió en Esperanza, la primera autobiografía publicada por un pontífice en vida.
En el libro, Francisco detallaba cómo quería que fuera su despedida: sin catafalcos, sin ceremonias grandilocuentes para cerrar el ataúd, y con un ritual aligerado que refleje lo que fue su papado: humilde, cercano y profundamente humano. “Con dignidad, pero como todo cristiano”, afirma con serenidad.
La elección del lugar no es casual. Santa María la Mayor, también conocida como Nuestra Señora de las Nieves, es el templo mariano más importante del mundo y una de las cuatro basílicas mayores de Roma. Fundada en el siglo IV, la iglesia combina estilos paleocristiano, barroco, románico y renacentista, y guarda auténticas joyas de la fe y el arte, como el icónico mosaico del ábside, el techo dorado con el primer oro traído de América y la venerada imagen de la Virgen Salus Populi Romani, patrona de Roma.
Según confesó el mismo pontífice en una entrevista con el canal mexicano Nmas en 2023, fue allí donde oró antes y después de cada uno de sus viajes apostólicos, visitando el lugar al menos 115 veces.
“Porque es mi gran devoción”, dijo entonces, recordando que incluso le prometió a la Virgen ser enterrado allí. Su tumba ya estaba definida: una sencilla capilla que antes se utilizaba para guardar candelabros, ubicada entre dos confesionarios en la nave izquierda del templo.
En total, siete papas están sepultados en esta basílica, que también alberga reliquias como el presunto pesebre de Jesús, la tumba de San Jerónimo y diversas obras de arte que han acompañado siglos de historia cristiana.
Con su decisión, el papa Francisco no solo rompió con una tradición vaticana, sino que también dejó una huella más de su estilo personal: una Iglesia más cercana a la gente, menos centrada en el poder y más en la fe sencilla. Como él mismo escribió, “el ritual de las exequias era demasiado ampuloso”, y por eso pidió que todo esté listo, sin boato, como cualquier otro cristiano.
Francisco falleció este lunes 21 de abril de 2025, a la edad de 88 años en su residencia en Santa Marta.