A cuatro días del inicio del primer juicio contra Baltasar Garzón, sus partidarios se movilizaron el viernes para reclamar el derecho a la justicia para las víctimas del franquismo, un tema muy sensible en España sobre el cual el juez había intentado investigar sin éxito.
A partir del martes, el juez español, mundialmente conocido por la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet en 1998 en Londres, será juzgado por haber ordenado la grabación de conversaciones en prisión entre abogados y sus clientes, imputados en una trama de corrupción que en 2009 implicó a altos cargos del Partido Popular (PP, derecha), ahora en el poder.
Además, a partir del 24 de enero, Garzón, de 56 años, será juzgado por su intento de investigar sobre los más de 100,000 desaparecidos de la Guerra Civil española (1936-39) y de la dictadura franquista (1939-75) pese a una ley de amnistía aprobada en octubre de 1977.
El célebre y controvertido juez considera estas desapariciones forzosas como delitos de carácter imprescriptible en el marco de crímenes contra la humanidad.
El viernes, unas 50 personas se congregaron a las puertas del Tribunal Supremo de Madrid en apoyo a Garzón. Entre ellos, artistas, responsables sindicales y familiares de las víctimas franquistas, bajo una pancarta verde con la fotografía del juez en la que se leía 'Solidarios con Garzón'.
'Hay que juzgar al franquismo criminal', 'Tenemos memoria, queremos justicia' y 'ni olvido, ni perdón', gritaban los manifestantes, que prometen movilizarse todos los días de juicio.
'Nos hemos reunido para denunciar lo que son juicios de vergüenza. Tenemos más que sospechas que se trata de una persecución política' contra Garzón, denunció el poeta español Luis García Montero en nombre del grupo 'Solidarios con Garzón'.
Entre los famosos que forman parte de este colectivo de apoyo al juez figuran los nombres del cineasta Pedro Almodóvar, del poeta Marcos Ana -encarcelado durante la dictadura franquista- y de la actriz Pilar Bardem, madre del actor Javier Bardem.
Rosa Moreno Carranza, cuyo padre y abuelo murieron a manos de las fuerzas de Franco poco después del fin de la Guerra Civil, afirmaba haberse sumado a la protesta porque es importante que Garzón prosiga su investigación sobre los abusos del franquismo.
'Esta herida está abierta y tiene que encerrarse haciendo justicia', afirma esta mujer de 74 años.
Gema Carretero, que tenía 12 años cuando los partidarios de Franco mataron a su padre en 1965, piensa que las acciones judiciales contra Garzón responden a razones políticas.
'Es el único que se ha atrevido a investigar a Franco, es el único que nos ha escuchado, a las víctimas, y mira lo que le han hecho', se lamenta, mientras enarbola una fotografía en blanco y negro de su padre.
El juez, suspendido de sus funciones desde mayo de 2010, puede ser condenado a un máximo de 20 años de inhabilitación profesional que amenazan con poner fin a su carrera.
Demandado por dos asociaciones de ultraderecha que denuncian una violación de la ley de amnistía, Garzón será juzgado por prevaricación, es decir por tomar una decisión injusta a sabiendas.
Pero antes, el mismo Tribunal Supremo lo juzgará a partir del martes, también por prevaricación, por las presuntas escuchas ilegales en el marco de la trama corrupta conocida como Gürtel.
Garzón ordenó estas escuchas en prisión por sospechar que los abogados participaban en las actividades delictivas de sus clientes. Los letrados denuncian por su parte una violación del derecho fundamental a la defensa.
Garzón es investigado en un tercer caso, relativo a la desestimación de una querella por delito fiscal contra el banco Santander, para el que aún no se fijó fecha.