El ministro de Gobierno, Carlos Romero afirmó que la policía debe aplicar la ley de fuga a sicarios matones tras una ola de asesinatos en Santa Cruz, la principal ciudad de Bolivia.
'Yo quiero que se les aplique la ley de fuga' a los sicarios porque 'ellos tienen sangre fría para matar', dijo Romero en rueda de prensa el miércoles en la noche tras el asesinato a tiros de nueve personas en esa ciudad en lo que va del mes.
La ley de fuga es una ejecución extrajudicial y no está reconocida por la legislación boliviana.
El funcionario pidió a los jefes policiales que capturen 'vivo o muerto' a un supuesto sicario que el lunes asesinó a tiros a un comerciante de madera en una calle céntrica de Santa Cruz, a 540 kilómetros al este de La Paz.
El crimen conmocionó a la ciudad después que televisoras difundieran imágenes de una cámara de seguridad en el momento en que el sujeto disparó a pesar de las súplicas de su víctima y lo remató en el suelo. El miércoles un taxista y un vendedor de caramelos fueron acribillados en sitios públicos distintos por causas desconocidas.
Romero declaró en emergencia a la tropa policial y ordenó redadas para controlar a extranjeros ilegales vinculados al tráfico de cocaína. 'No vamos a permitir que el sicariato entre en Bolivia y busque expandirse', dijo.
Ubicada en el oriente, Santa Cruz es la provincia más extensa del país y principal trasiego de la cocaína. En los últimos años bandas de traficantes colombianos, peruanos y brasileños se asociaron a bolivianos para procesar cocaína y exportarla a Brasil, Paraguay y Argentina.
Autoridades locales y la policía atribuyen la ola delictiva al narcotráfico. El año pasado fueron desarticuladas bandas de sicarios al servicio de traficantes.
El martes la policía confiscó en una zona rural media tonelada de pasta base de cocaína que iba a ser refinada y detuvo a dos colombianos, uno de ellos resultó herido en un intercambio de fuego con los agentes.
