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México y Centroamérica hacen frente común en lucha antidrogas

México prometió renovar su estrategia a través de un mejor trabajo de inteligencia, mientras Guatemala insistió en la necesidad de cambiar la forma en que se combate contra las drogas.

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20.02.2013

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, y los mandatarios de Centroamérica acordaron consolidar un frente común en contra del narcotráfico y la imparable violencia del crimen organizado como parte de un relanzamiento de la relación política, económica y comercial.

“Tenemos problemas comunes y queremos hacer frente común contra ellos, el de la violencia y la presencia del crimen organizado que opera de manera transnacional”, declaró Peña Nieto en conferencia de prensa, al concluir la cumbre entre Centroamérica y México.

El gobernante mexicano consideró urgente “definir y ampliar mecanismos para una más eficiente cooperación”, en trabajo de inteligencia y uso de tecnologías, y enfrentar “de raíz” el avance del crimen organizado “que hoy deriva en escenarios de violencia” en la región.

Peña Nieto asiste a la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), encabezada por la presidenta Laura Chichilla (Costa Rica) y con la notable ausencia de los presidentes Mauricio Funes (El Salvador) y Daniel Ortega (Nicaragua), quienes argumentaron asuntos de agenda interna en sus países.

A la cumbre asisten los presidentes Otto Pérez (Guatemala), Porfirio Lobo (Honduras) y Ricardo Martinelli (Panamá), así como representantes de El Salvador y Nicaragua, cuyo gobierno mantiene una tensa relación con Costa Rica.

Lobo arribó alrededor del mediodía a San José, procedente de Tegucigalpa.

Violencia sin fronteras

México y Centroamérica comparten la reciente historia de violencia
en una guerra frontal, impulsada por Washington, contra la expansión de los poderosos carteles mexicanos como Los Zetas, el del Golfo y el de Sinaloa, que en el istmo establecieron vínculos con las pandillas y bandas de narcotraficantes locales.

'Centroamérica y México deben trabajar juntos en la atención de la violencia y la delincuencia transnacional', afirmó en San José el gobernante mexicano, al cumplir el martes una agenda bilateral.

El narcotráfico hizo de la empobrecida Centroamérica, que hasta no hace mucho sufrió cruentas guerras civiles, la zona sin conflicto bélico más violenta del mundo, tras la ofensiva militar antidrogas lanzada por el anterior gobierno mexicano de Felipe Calderón, que ha dejado en México unos 70,000 muertos desde 2005.

'Libramos una lucha valiente y heróica contra la delincuencia organizada, pero no siempre tan eficaz como quisiéramos, contra la delincuencia organizada y las dorgas. Aquí en Centroamérica hemos dado valientes y relevantes debates sobre cómo enfrentar el problema' del narcotráfico, dijo Chinchilla, al inaugurar la cumbre.

En diferentes foros internacionales,Pérez ha insistido en la necesidad de promover un cambio de estrategia en la lucha contra las drogas, al considerar que la represiva de las últimas cuatro décadas fracasó: la región pone los muertos y el negocio sigue floreciendo.

La violencia afecta principalmente a Honduras, convertida por los narcotraficantes en enorme aeropuerto clandestino; a Guatemala, que sufre sobre todo la penetración del más sanguinario de los carteles, Los Zetas; y El Salvador, que apenas recién vive un descenso en el crimen con una tregua entre pandillas.

Por México y Centroamérica, según informes de Washington, pasa un 90% de la cocaína que va de Suramérica a Estados Unidos -máximo consumidor de esa droga en el mundo- lo que hace necesaria la máxima coordinación, destacó el canciller costarricense Enrique Castillo.

Peña Nieto ha prometido un cambio de estrategia a través de una mejor coordinación y trabajo de inteligencia, pero decidió mantener a las Fuerzas Armadas en el combate antidrogas. Sin opinar sobre una despenalización -propuesta por Pérez- dice estar a favor de un debate hemisférico sobre la efectividad de la actual estrategia.

Los mandatarios también discuten el sensible tema del tráfico de personas, pues unos 140,000 centroamericanos ingresan cada año a México ilegalmente con la esperanza de cruzar a Estados Unidos en pos del 'sueño americano', y en el camino muchos son víctimas de crímenes, secuestros y abusos por parte del crimen organizado.

Asociación estratégica

Pero los gobiernos de la región buscan que su relación no sea absorbida por el tema de seguridad. En la cumbre tratan temas de comercio y cooperación en transporte, energía y ambiente, que se enmarcarían en un
Acuerdo de Asociación entre México y Centroamérica
.

'Estamos listos para mejorar y potenciar aún más los vínculos de integración' regional 'y elevar nuestras relaciones al rango superior de una asociación estratégica', afirmó Chinchilla.

México, un mercado de 115 millones de habitantes, y Centroamérica, de unos 45 millones, firmaron un TLC que unificó los que tenía ese país con Costa Rica desde 1995, Nicaragua desde 1998 y el grupo CA-3 (Honduras, El Salvador y Guatemala) desde 2001.

El intercambio comercial entre México y Centroamérica se multiplicó por cinco en la última década, alcanzando actualmente los 8,200 millones de dólares, según datos oficiales.