La Haya, Países Bajos.- Las autoridades neerlandesas confirmaron este miércoles un nuevo brote de gripe aviar en el sur del país, que obligó al sacrificio de unas 80,000 aves en una explotación de pollos, mientras Países Bajos aplica desde octubre medidas nacionales duras ante la sucesión de contagios en una de las principales economías agrícolas de Europa.
Este último foco se detectó en Uitwijk, en el sur del país, en una zona con alta densidad de aves, puesto que en un perímetro de 3 kilómetros operan cuatro granjas y en la zona ampliada de 10 kilómetros hay otras dos, que serán sometidas a una vigilancia intensiva durante las próximas dos semanas por parte de la Autoridad de Seguridad Alimentaria (NVWA).
Las autoridades sacrificarán ahora a los aproximadamente 80.000 animales de la instalación, siguiendo el protocolo de seguridad.
Pero este brote también activa una prohibición total de transporte de aves, huevos para incubar, huevos de consumo y estiércol procedente de cualquier instalación situada dentro del radio de 10 kilómetros y solo se permite el movimiento de otros animales si se realiza bajo un estricto protocolo de higiene.
Países Bajos mantiene desde el 16 de octubre duras medidas nacionales ante la sucesión de contagios en uno de los países líderes en exportación agrícola en Europa: existe una obligación general de confinamiento para todas las aves comerciales y otra de protección para las aves mantenidas de forma recreativa.
Asimismo, el acceso a granjas avícolas está muy limitado y desde principios de diciembre están prohibidos todos los eventos con presencia de aves, como ferias, exposiciones y mercados.
La NVWA ha iniciado además un rastreo para determinar si en los días previos a la detección se trasladaron animales, huevos o materiales desde o hacia la explotación afectada, y si el análisis revela contactos de riesgo, podrían aplicarse nuevas restricciones o realizarse pruebas adicionales para evitar cualquier propagación del virus.