Ciudad del Vaticano.- Con una sonrisa y saludando a los fieles en la plaza de San Pedro, el nuevo papa León XIV salió al balcón central de la Basílica de San Pedro.
"La paz esté con todos ustedes", fueron sus primeras palabras como el nuevo papa de la Iglesia Católica.
Muy conmovido, con lágrimas en sus ojos, el cardenal Robert Prevost, que eligió el nombre de León XIV, se dirigió al mundo entero para ofrecer sus primeras palabras, agradecer al papa Francisco y dar la bendición "urbi et orbi".
"Este es el primer saludo de Cristo resucitado y el buen pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios", inició su discurso.
"Quisiera que este saludo de paz llegue a sus corazones", añadió.
Tomando pausas para pronunciarse ante la feligresía que gritaba con júbilo y alegría su nombre, añadió: "esta es la paz de cristo resucitado, una paz desarmada y desarmarte, perseverante, que proviene de Dios, que nos ama todos incondicionalmente".
Agradeció a los cardenales por elegirlo como el 267 sucesor de Pedro y recordó al fallecido papa Francisco y su última bendición en el Domingo de Resurrección.
"Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco que bendecía a Roma. El papa que bendecía a Roma daba su bendición al mundo entero esa mañana del Día de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición que Dios nos quiere mucho, que ama a todos y el mal no prevalecerá", dijo León XIV.
"Gracias al papa Francisco, quisiera agradecer a los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, buscando siempre trabajar como hombre y mujeres fieles a Jesucristo", añadió.
A la iglesia de Roma le dijo que debían estar juntos como una iglesia misionera, que construye puentes de diálogo y siempre abierta a recibir con los brazos abiertos a todos.
El papa León XIV también emitió un mensaje en español agradeciendo a la diócesis de Chiclayo en Perú, donde sirvió.
Asimismo, al mundo entero aseguró que buscará ser una iglesia que camina, que buscará la paz, la caridad y estar cerca de quienes sufren.
León XIV pidió al mundo que rezaran por su misión y luego inició un Ave María que se replicó en la plaza de San Pedro.
Los aplausos de emoción, con gritos del "¡Viva el papa!", retumbaban en el Vaticano.