Honduras

Vecina de víctimas de masacre en el Hato de Enmedio: 'Ellas no merecían esto'

Sara Gissele Lopez Valladares y Ana Yanci Valladares Gónzales cursaban el sexto grado, mientras que Dulce Maria Valladares Gonzales, la menor de las tres, estaba en tercero

12.02.2016

Tegucigalpa, Honduras
Como 'personas de buena conducta' fueron catalogadas las cinco víctimas de la masacre ocurrida en horas de la noche del jueves, en el sector 8 de la colonia Hato de Enmedio, de Tegucigalpa.

Familiares de los cuatro menores y el otro joven que murieron no se explican las causas por las cuales les quitaron la vida.

En el caso de las tres hermanas - todas menores de edad- eran alumnas de la escuela Monseñor Hector Enrique Santos, de la colonia Hato de Enmedio en la jornada nocturna, segun dijeron los familiares.

Sara Gissele López Valladares y Ana Yanci Valladares Gónzales cursaban el sexto grado, mientras que Dulce Maria Valladares Gonzales, la menor de las tres, estaba en tercero.

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Entre los fallecidos también se identificó a Abel de Jesús Ramírez Salgado, de 35 años, quien se graduó de bachiller en Ciencias y Letras en el Instituto Central Vicente Cáceres, pero padecía de transtornos mentales y se ganaba la vida en el reciclaje.

Sobre el otro menor que perdió la vida, familiares dijeron que el estuvo interno en Casa Alianza, pero no por problemas de drogas, sino que por su situación económica.

'Ellas no se merecían esto'

Una vecina de las tres menores lamentó sus muertes violentas. 'Es una injusticia que no se haga nada por estos niños que andan en los drones de la basura 'comiendo hasta de la basura''.

'Eran unas niñas humildes que querían prosperar en la vida, por eso iban a la escuela nocturna y las agarraron mientras estaban esperando a su cuñado que también reciclaba para llevar 'comidita a su casa'', lamentó entre lagrimas la señora.

'Recuerdo que eran muy trabajadoras día y noche buscaban el pan entre la basura'

'Eran unas niñas bien alegres, afanadas, de su casa a la escuela nocturna, es una grosería, da pesar pero que se va a hacer', sollozó la vecina.

Los cuerpos de los jóvenes quedaron junto a lo reciclado.

'Ellas no se merecían esto, ni la madre tener que estar con ese dolor'. 'Yo solo pido que vayan a ver como vive la madre de las menores, unas personas que son pobrecitas y necesitan tanto apoyo', dijo la acongojada vecina.