Ante la imparable violencia que cobra a diario la vida de al menos 13 personas en Honduras, la propuesta de un desarme general vuelve a tomar impulso en el Congreso Nacional.
El diputado nacionalista Óscar Nájera insistió este lunes en que se garantice la paz y tranquilidad de los hondureños mediante la prohibición de portar armas de fuego, principalmente en la zona norte de Honduras.
'He estado promulgando que en Honduras debe haber un desarme general porque en este momento, en el siglo XXI, ya nadie debería andar armado', dijo el legislador oriundo del departamento de Colón.
A criterio de Nájera, son los delincuentes quienes necesitan portar armas, no así la población honrada.
'Afecta a la gran mayoría, alejan la inversión, alejan la contribución de un país que quiere lo mejor para su pueblo', remarcó.
Al ser consultado por periodistas, calificó además como 'caso extremo' un estado de excepción, aunque aseguró que la medida no puede ser descartada para la costa norte de Honduras pues es la más afectada por la violencia.
'Si es necesario, es el Presidente de la República el que tomará las mejores decisiones para poder bajar estos actos de violencia que asustan al pueblo hondureño y la inversión', expresó.
Por su parte, el general retirado y analista en seguridad, Luis Alonso Maldonado, se declaró en desacuerdo ante la propuesta de Nájera, ya que privaría de las armas legalizadas a los ciudadanos que cumplen con la ley.
'Por el alcance que tiene la propuesta, por decir la zona norte del país, no me parece conveniente en el sentido de que precisamente la mayor parte de armas que circulan en el norte de Honduras son de origen ilegal y donde la estructura del crimen organizado como la delincuencia común es demasiada amplia como para que en este momento las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional tengan la capacidad para garantizar la seguridad en todo el sector', señaló.
Según Maldonado, una vez desarmada la población y con su armamento oculto, al crimen organizado y delincuentes comunes les resultaría más fácil cometer sus delitos.
El militar en condición de retiro recordó que la franja norte de Honduras 'constituye el corredor donde opera el crimen organizado, narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas y lavado de activos'.
A finales de enero, monseñor Juan José Pineda volvió a hacer un llamado al gobierno de Honduras para que se analice un desarme general en procura de la paz en el territorio nacional.
“Es la tercera vez que lo digo y quiero insistir mucho respeto a Honduras, nuestro país necesita ciudadanos no armados. Tres veces lo he dicho”, manifestó entonces Pineda.
En 2012, el Congreso Nacional de Honduras aprobó una reforma a la Ley de Control de Armas mediante la cual se permitió un desarme en el sector del Bajo Aguán, afectado por múltiples enfrentamientos por tierras que cobraron la vida de decenas de campesinos y guardias de seguridad de las fincas de palma africana.