Honduras reporta cada año al menos un caso de una persona que decide amputarse por sí solo su órgano reproductor en su afán por “cambiar” de género.
El deseo de poseer un órgano genital diferente al de su nacimiento fue descrito por el doctor Harry Benjamin en 1943 como transexualismo. Sin embargo, fue en 1973 que a este deseo se le dio el nombre de disforia de género, también conocido como trastorno de identidad de género.
Situación mental
Según Denis Chirinos, especialista en urología, en el hospital Escuela la disforia de género puede definirse como una enfermedad mental.
“Actualmente ya existe (la disforia) dentro de la clasificación internacional de las enfermedades, está también dentro del manual de enfermedades mentales, lo que es el trastorno de género ya está documentado ampliamente en el mundo que existe un problema de identidad de género”, señaló Chirinos.
Casos en Honduras
El especialista comentó que en el principal centro asistencial los casos de disforia de género se han visto esporádicamente.
Sin embargo, aseguró que los últimos tres años se ha presentado un caso por año, pese a que las investigaciones señalan que por cada 10 mil habitantes hay un problema de disforia de género.
El especialista informó que la mayoría de pacientes con problemas de identidad de género y que se han mutilado los órganos son adolescentes y jóvenes.
“El mayor problema que nosotros hemos visto es que son pacientes jóvenes que se han automutilado porque ellos están decididos en ser del género o sexo opuesto”, explicó Chirinos.
“Recuerdo un paciente que esperó que estuviera cerca de un centro hospitalario para amputarse su pene. Se amputó su pene pero solo a la mitad; a los seis meses se volvió a amputar el resto que le había quedado y, como creyó que le podían pegar el resto, lo dejó ir a través del sanitario”, contó.
Chirinos detalló que el querer cambiar de sexo mediante una intervención quirúrgica es más frecuente en hombres que en mujeres. Algunos, incluso, hasta buscan la colocación de implantes mamarios.
Marco legal
Actualmente en el país no existe una ley que permita la realización de este tipo de operaciones, aunque clandestinamente ya se han realizado.
“El problema que existe es que en nuestro país, en nuestra sociedad, hay un rechazo hacia estos aspectos que son puramente médicos, por lo que no se ha iniciado una legislación o más bien no se permitiría la creación de una ley que permita estos procesos”.
Proceso de cambio
En países donde estas intervenciones son permitidas, antes de que una mujer o un hombre de nacimiento pueden ser sometidos a intervenciones quirúrgicas para cambio de sexo deben reunir aspectos médicos y psicológicos.
“La personas con el trastorno de identidad de género debe tener un deseo permanente de querer ser del sexo opuesto, se tiene que haber descartado que no tiene enfermedades psiquiátricas como esquizofrenia o depresión”, dijo el especialista.
Comunidad LGTB
A criterio de la comunidad Lésbico, Gay, Transexual y Bisexual (LGTB), el gobierno no solo debe garantizar su derecho a la vida sino también la oportunidad al cambio de sexo. “Yo hablo por mí, hablo en mi caso, yo estaría dispuesta a realizarme una operación para cambiar mi sexo, eso me haría estar mejor conmigo misma”, comentó Victoria Gómez, miembro de la comunidad LGTB.
Gómez señaló que en el país las personas que ya se han practicado este tipo de cirugías han salido a países como España, Argentina o Estados Unidos.
“Estas operaciones tienen un costo exagerado, algunas de nuestras compañeras se las hicieron en el extranjero y pagaron alrededor de 50 mil dólares. Los tres casos que yo conozco son de personas que tienen capacidad económica, viajaron a Estados Unidos, España y Argentina”, aseguró.