Tegucigalpa, Honduras.- Un mensaje publicado por la presidenta Xiomara Castro en apoyo a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, generó una ola de reacciones en redes sociales, convirtiéndose en uno de los pronunciamientos más comentados de su gestión.
El pronunciamiento, difundido la noche del 9 de agosto, manifiesta la “plena solidaridad” del Estado de Honduras con el pueblo de Venezuela y su presidente, y rechaza “de manera categórica” las acusaciones formuladas por el gobierno de Estados Unidos contra Maduro
En la red X, la publicación acumuló en menos de 18 horas más de 2,000 comentarios, 2,000 compartidos, 4,000 “me gusta” y cerca de 720,000 visualizaciones, según las métricas visibles.
Sin embargo, el mayor sentimiento en las respuestas ha sido crítico: un análisis de la herramienta Grok sobre una muestra de 60 comentarios recientes revela que el 92% de los usuarios reaccionó en contra, frente a apenas un 8% que respaldó el mensaje presidencial.
Entre los adjetivos más recurrentes en los comentarios figuran “narco”, “comunista” y “criminal”, lo que evidencia el tono confrontativo de las reacciones.
El mensaje de Castro se produce en medio de un contexto de tensión internacional. Días antes, el gobierno de Estados Unidos, a través de su fiscal general, anunció una recompensa de hasta 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Nicolás Maduro y otros altos funcionarios venezolanos, acusados de narcotráfico y otros delitos.
Desde el Palacio de Miraflores, Maduro rechazó las acusaciones y retó abiertamente a Washington, asegurando que no se doblegará ante “amenazas ni chantajes”.
El pronunciamiento de la mandataria hondureña ha sido interpretado como un respaldo directo a la posición de Caracas frente a las acciones judiciales y diplomáticas de Washington.
Castro reiteró en su mensaje el “respeto irrestricto a la autodeterminación de los pueblos y al Derecho internacional”, alineándose con la narrativa de soberanía defendida por el gobierno venezolano.
Total rechazo al mensaje de Castro
En Honduras, el apoyo explícito a Maduro ha generado reacciones divididas. Líderes de la oposición han cuestionado que la presidenta hable “en nombre del pueblo hondureño” sin un consenso nacional sobre un tema tan polarizante y que solo ella y Libre apoyan.
Luego de su publicación, las reacciones no se hicieron esperar, con dureza el diputado liberal, Jorge Cálix, criticó a la mandataria.
"No hable en nombre del pueblo Hondureño que repudia a los dictadores. Usted, su familia y su candidata, al defender al narco dictador de Maduro, cierran sus ojos ante el sufrimiento de los millones de venezolanos que huyen de la reprensión y el hambre", publicó Cálix.
Agregó que "no es cuestión de ataques infundados. Es una realidad que atormenta a los venezolanos y que ustedes pretenden importar a nuestro país, pero que no lo vamos a permitir".
Por su parte, el candidato presidencial del Partido Nacional, Nasry Asfura, expresó que el pronunciamiento de Castro da tristeza, ya que no refleja el pensamiento de los hondureños.
"Es un país donde no hay democracia, donde no hay derechos humanos, donde no existe la inversión y el trabajo. No se puede trabajar con dictaduras que hacen que un país no prospere", enfatizó Asfura.
Esta postura también provocó que la congresista de Estados Unidos, María Elvira Salazar, reaccionara en contra de la presidenta.
"Xiomara, tú y los amiguitos de Maduro son una amenaza para la democracia en Honduras y en toda América Latina. Al respaldar a un régimen que ha destruido a Venezuela, dejas claro tu plan: convertir a Honduras en otra nación sometida, empobrecida y sin libertades", publicó Salazar.
"Maduro no es un líder. Es un dictador narcotraficante, acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y con una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. Un criminal peligroso para Estados Unidos y para toda la región", agregó la funcionaria norteamericana.
Por su parte, sectores afines al oficialismo, sobre todo los funcionarios, han defendido el mensaje como un acto de coherencia con la política exterior del gobierno, que prioriza la no injerencia y la defensa de gobiernos que enfrentan presiones internacionales.
El episodio se inscribe en una serie de pronunciamientos internacionales de la presidenta que han generado debate sobre la orientación de la política exterior de Honduras.
Mientras sus defensores argumentan que se trata de una postura soberana y antiintervencionista, sus críticos advierten que podría aislar al país de socios estratégicos y afectar intereses nacionales.
El pronunciamiento ha puesto en evidencia la capacidad de las redes sociales para amplificar el sentir ciudadano y condicionar la narrativa pública sobre la figura presidencial.
