Tegucigalpa, Honduras
La decisión del Partido Nacional de renovarse, de abrir sus puertas a nuevos liderazgos para capitalizar un mayor caudal electoral en las próximas elecciones, es una buena idea, pero también puede ser “un arma de doble filo” que solo los resultados electorales le darán la razón.
Para el analista Raúl Pineda, exdiputado nacionalista, la renovación de la que se habla puede conducir a confrontaciones innecesarias entre viejos y nuevos liderazgos.
“La experiencia de muchísimos años nos indica que el 90 por ciento de los procesos de consulta interna, donde los partidos ponen a confrontar a sus mismos militantes, los resultados han sido negativos”, alertó Pineda.
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“Se está cometiendo un error. Hay situaciones que deben hacerse, pero que no deben decirse, los viejos líderes del Partido Nacional que llegaron a liderazgos viejos, porque han sido líderes triunfadores, se sienten aludidos directamente cuando se habla de hacer una especie de apología de los jóvenes solo porque son jóvenes”, afirmó.
En el Partido Nacional han surgido dos movimientos alrededor de la figura del presidente Juan Orlando Hernández, uno está formado por jóvenes políticos que quieren ocupar posiciones y el otro por quienes, siendo diputados y alcaldes actualmente aspiran a su reelección.
Para el analista Pineda, lo que está ocurriendo en el Partido Nacional “es un enorme signo de interrogación” y en ese sentido habrá que esperar los resultados electorales.

Para él, los nuevos liderazgos deben surgir según como le fue al partido en las últimas elecciones. “Hay departamentos donde el panorama es claro, ya los viejos dinosaurios del partido o los viejos caudillos no pasan de cinco. El Partido Nacional se ha ido remozando y renovando como un proceso natural. En algunos lugares ha funcionado bien, en otros como en Cortés ha sido un desastre”
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