Tegucigalpa, Honduras. El amor a la madre tierra, una iglesia de los pobres y su compromiso particularmente con los migrantes son los tres rasgos que más identifican al papa Francisco, describió el sacerdote jesuita Ismael Moreno, más conocido como “el Padre Melo”.
También destacó la lucha reformadora de Jorge Mario Bergoglio- quien al convertirse en el máximo líder espiritual de la Iglesia Católica asumió el nombre de Francisco- encaminada a impulsar una iglesia más ligera, más sencilla y más cercana, capaz de salir de los grandes centros de poder para situarse desde las periferias, tanto históricas como reales y existenciales.
De acuerdo con Moreno, estas van a seguir siendo demandas actuales y se convierten en tareas a seguir por parte de la iglesia. El papa Francisco ha dejado como testimonio fundamental de estar inserto en las realidades más clamorosas de la humanidad. “Creo que nos ha dejado, entre muchas otras, al menos tres grandes rasgos a seguir en la iglesia”, manifestó.
El primer rasgo es la invitación a hacer una iglesia pobre y con los pobres. Y dentro de esto, con aquellos pueblos empobrecidos, migrantes, desplazados y refugiados en el mundo, por razones económicas o por los proyectos extractivos.
El segundo: es una iglesia comprometida con la defensa de la naturaleza, a la que él proféticamente “llamó nuestra casa común”. Esta visión está unida con la protección de los defensores del ambiente y de territorios que son amenazados y perseguidos. Fue un defensor del agua, de los bosques y estuvo en contra de la minería extractivista, detalló Moreno.
El jesuita describió que en la defensa de la tierra y de la naturaleza radica la identidad del nombre que él adquirió, que “fue Francisco, para retomar el carisma de San Francisco de Asís, que fue una persona que amó a la naturaleza, a la que llamó hermana naturaleza, hermana agua, hermano viento, hermana luna, hermano lobo”.
El papa Francisco actualiza hoy el carisma de San Francisco de Asís, en este tiempo de tanta amenaza a la tierra ante los proyectos de despojo.
Y el tercer rasgo a destacar es que fue un promotor de la paz, incluso a veces sin ser oído, sin que se le atendiera su súplica, sus propuestas”, recordó.
Igualmente rememoró que Francisco todos los días rezó y clamó por la paz, y llamó a la paz sobre la base de que las guerras siempre son una derrota de la humanidad, vinculándolas con la destrucción y con la deshumanización de la humanidad.
El amor a la madre tierra y una iglesia de los pobres y un compromiso particularmente con los migrantes son los tres rasgos que más identifican al Papa Francisco y que van a seguir siendo actuales y se convierten en tareas a seguir por parte de la iglesia, dijo el sacerdote.

Una iglesia alegre
Para Moreno, es interesante que la primera encíclica que promulgó el Papa Francisco fue la Evangelii Gaudium, es decir, el Evangelio de la Alegría, en la cual expuso que la iglesia no tenía que estar triste o seria, por mucho que sean los problemas, los conflictos o las situaciones difíciles en la humanidad.
Llamó a que en la iglesia y en las parroquias se predique el evangelio con una profunda alegría, “tanto así que a nosotros los jesuitas el papa Francisco nos animó a hacer comunicadores de la alegría del Evangelio en cualquiera de las misiones en las que estemos trabajando”, reflexionó Moreno.
Trajo a la memoria, como Jesucristo en todas las circunstancias fue promotor de la alegría para la gente enferma, para los leprosos, los paralíticos, los ciegos, los cojos, las mujeres abandonadas y los endemoniados. “Nuestro Señor Jesucristo promovió la salud, la alegría perpetua de los pobres y eso lo actualizó el Papa Francisco”, puntualizó.
"El Padre Melo" dijo quedarse con un papa Francisco humilde, una persona sencilla y austera. “Creo que esa austeridad y esa sencillez es lo que ha hecho creíble su predicación y su llamado a que se transformen las estructuras vaticanas y todas las estructuras de la iglesia. Ese fue el llamado que nos dejó el Papa”.

La austeridad del Papa
El jesuita recordó a Francisco como un hombre austero en su vida personal. Hay testimonios de jesuitas que fueron formados por Bergoglio, que dicen que él siendo superior de ellos, cuando salían a recibir clases a la universidad y regresaban se encontraban con la comida hecha y con la ropa lavada y tendida en los patios. Él les había lavado la ropa y preparado los alimentos.
Francisco trasladó esta austeridad en el Vaticano. O sea, no anduvo con esos grandes vestidos de lujo de otros papas. Vivió en un lugar más austero, rompiendo los moldes. “Y eso es lo que nos toca a nosotros, continuar rompiendo moldes en el tiempo actual”, añadió.

Reformas que deja
"Creo que hay una invitación del sumo pontífice a que sigamos reformando las estructuras internas de la Iglesia”. Que las estructuras sean más ágiles, así como los cambios alrededor de las nuevas relaciones de género y de poder dentro de la iglesia. Él ya adelantó el nombramiento de varias mujeres en posiciones importantes dentro del Vaticano.
"Creo que se tiene que seguir avanzando con el fin de que haya más participación de las mujeres para que esto se considere algo normal en los puestos de decisión, en las estructuras donde se toman las más importantes decisiones", opinó.
Para Moreno, la institución cristiana debe ser cada vez más ligera en la forma de sus estructuras para que la predicación y la misión apostólica se haga de una manera más sencilla y cercana. Que salga de los grandes centros de poder para que la iglesia se sitúe desde las periferias, tanto históricas como reales, como existenciales