San Lorenzo, Valle.- Enormes contenedores blancos, con sellos chinos y estructuras metálicas robustas, comenzaron a desembarcar en el puerto de Henecán, San Lorenzo, bajo un sol ardiente que parecía celebrar la llegada de algo más que simples materiales.
Son 44 contenedores, 178 módulos prefabricados y 133 piezas sueltas que marcarán el inicio de una transformación largamente esperada, la ampliación de siete escuelas agrícolas en distintas zonas del país.
Esta descarga no solo trajo metal, también trajo promesas de un aula digna, de un laboratorio moderno, de un campo experimental con tecnología, de una esperanza tangible para los jóvenes que han hecho del agro su camino de vida.
Desde Comayagua hasta Gracias a Dios, el eco de esta cooperación con China empieza a resonar entre estudiantes, maestros y comunidades rurales que ven en este proyecto una posibilidad de progreso real.
El proyecto comenzó a tomar forma a inicios de este 2024, con la firma de un canje de notas entre ambos países. Fue el primer paso para que expertos chinos viajaran a Honduras a realizar visitas técnicas, levantar planos, y dar forma a una visión compartida.
“Esta obra ya tiene cuerpo, dirección y un horizonte claro”, expresó Cindy Rodríguez, subsecretaria de Cooperación y Promoción Internacional.
Cada estructura que toca suelo hondureño trae consigo una metodología de construcción moderna, basada en módulos prefabricados con altos estándares de seguridad, sostenibilidad ambiental y comportamiento antisísmico.
La apuesta no es únicamente por cemento y acero, sino por una educación rural más fuerte, más técnica y más inclusiva.
Así lo destacó el embajador chino Yu Bo: “la educación es una prioridad nacional, y tanto China como Honduras la consideran fundamental para el desarrollo. Estas escuelas brindarán herramientas a la juventud rural y apoyarán el incremento de ingresos en el campo”.
La estrategia es llevar tecnología y formación a los territorios donde se siembra, se riega, se cosecha.
Con esta expansión se busca devolver protagonismo a esas regiones que durante años han formado generaciones de agricultores sin condiciones adecuadas para aprender y crecer.
Mientras las grúas continúan moviendo piezas y los obreros organizan el cargamento, en cada departamento que recibirá una de estas escuelas ya se empieza a sentir la emoción.
Los centros educativos beneficiados son la Escuela Agrícola Luis Landa en Nacaome, Valle; la Escuela Agrotécnica de Oriente, Reynaldo Salinas en Jacaleapa, El Paraíso; la Escuela Agrícola Pompilio Ortega en Macuelizo, Santa Bárbara y la Escuela Agrícola John F. Kennedy en La Ceiba, Atlántida.
Además de la Escuela de Agricultura del Valle de Sula en Choloma, Cortés; SCITA Honduras en Comayagua y el Instituto Samuel Benno Marx en Ahúas, Gracias a Dios.