Tegucigalpa, Honduras.- El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, extraditado y condenado en Estados Unidos por delitos relacionados al tráfico de drogas, remitió una carta a sus familiares que luego fue publicada en las redes del exmandatario.
JOH, desde la penitenciaría de Hazelton en el condado de Preston, Virginia, redactó el escrito e hizo ciertas revelaciones a tres años de su traslado a EE UU para enfrentar la justicia norteamericana.
Hernández Alvarado tituló la carta como "La izquierda radical y los narcotraficantes conspiraron para impedir que ganara las elecciones de 2013".
El jefe de Estado aseguró que el partido Libertad y Refundación (Libre) buscó financiamientos con narcotraficantes para llegar al poder y evitar la extradición de ciudadanos hondureños a EE.UU.
A su vez, apeló a narcovideos como el de Carlos Zelaya, hermano del expresidente Manuel Zelaya Rosales, donde negocia 650 mil dólares para la campaña de Libre en 2013.
Finalmente, sostuvo que el gobierno de Joe Biden se confabuló junto a Libre para gestar su extradición en 2022 y posteriormente condenarlo, algo que catalogó como "lawfare" por influenciar en instituciones estatales para llevarlo a EE.UU.
Carta íntegra del expresidente Juan Orlando Hernández
Existen grabaciones en las que los mismos narcos reconocen, con absoluta claridad, que debían apoyar al partido LIBRE, porque era su única alternativa para revertir la extradición y las leyes contra el narcotráfico que yo había promovido y aprobado desde que fui Presidente del Congreso Nacional entre 2010 y 2014. Eso está documentado en el narco video LIBRE-Narcos. A pesar de esa conspiración, ganamos las elecciones.
Días más tarde, algunos de esos narcotraficantes, incluido uno que posteriormente testificó en mi contra, se reunieron con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y la DEA para ofrecer cooperación a cambio de reducir sus condenas, de vivir protegidos en Estados Unidos y evitar su deportación a Honduras. En esas reuniones iniciales, fueron interrogados sobre políticos y funcionarios hondureños que habrían colaborado con ellos o recibido pagos por temas relacionados al narcotráfico. Entregaron nombres, grabaciones y otras evidencias, PERO NUNCA MENCIONARON MI NOMBRE.
Durante mi juicio, el mismo “testigo” que grabó los narco videos fue interrogado sobre si tenía pruebas que respaldaran sus acusaciones. Reconoció que NUNCA TUVO NI TENÍA VIDEOS, NI DOCUMENTOS, NI EVIDENCIA ALGUNA. Paradójicamente, ese mismo testigo mintió diciendo que se sentía protegido de la extradición, de la incautación de bienes y de cualquier investigación en Honduras. Pero fue precisamente con las leyes que yo promoví, como presidente del Congreso y luego de la República, que el Estado hondureño incautó casi mil millones de dólares en bienes a ese grupo criminal. ¿Dónde está entonces la supuesta protección? Nunca la hubo. Además, ese testigo admitió ante el juez que huyó de Honduras porque temía ser encarcelado y extraditado bajo las leyes que mi gobierno fortaleció.
Posteriormente, la izquierda radical de Honduras y de Venezuela lanzó una campaña de ataques contra mi gobierno, acusándonos falsamente de ser una “narco dictadura”. Su objetivo era ocultar sus propios vínculos con el narcotráfico, los cuales hoy se confirman en diversos videos y testimonios. Además, buscaban desviar la atención de la verdadera narco dictadura: el régimen autoritario de sus aliados en Venezuela.
A esta campaña se sumaron políticos de izquierda radical en Estados Unidos y algunos funcionarios que, de manera directa o indirecta, contribuyeron a pavimentar el camino para que LIBRE llegara al poder en Honduras.
Más tarde, la Administración Biden concretó un acuerdo con la izquierda radical de LIBRE para impulsar mi extradición y posterior condena, en un claro ejemplo de lawfare, el uso del sistema judicial como arma política. Hoy, esa confabulación es un hecho reconocido incluso por altos dirigentes del propio partido LIBRE, quienes han hecho públicas estas revelaciones.
De esta manera, la izquierda radical buscó mi asesinato político y estando expatriado, fuera de Honduras, se le facilitaba a Libre seguir en el poder.
Los hechos son claros. La verdad no se puede borrar.
Seguiré contando todo lo que ocurrió, porque lo que hoy vive Honduras es el resultado de una conspiración política y criminal que empezó hace más de una década.
Seguiré defendiendo la verdad, mi país, y mi nombre. Hermanos y hermanas hondureños, les invito a que se unan a esta lucha. Díganle al mundo que soy inocente.
Con fe en Dios y en la justicia, sé que pronto volveré a Honduras.