Washington, Estados Unidos.- El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) celebró una reunión para recibir información sobre las elecciones generales celebradas en Honduras. La Misión de Observación Electoral (MOE) constató atrasos en el proceso, pero no encontró indicios que pongan en duda los resultados.
Durante la sesión extraordinaria en el salón Simón Bolívar, Eladio Loizaga, jefe de la MOE-OEA explicó que continúan con un análisis integral del proceso, basándose en la normativa, la observación directa y reuniones con diversos actores, siempre manteniendo objetividad y neutralidad.
El jefe de la misión señaló que el proceso electoral estuvo marcado desde su inicio por conflictos entre miembros propietarios y suplentes del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal de Justicia Electoral, situación que, según dijo, representó un retroceso en comparación con procesos anteriores, tanto en aspectos técnicos como en la gobernanza de las instituciones electorales.
En un análisis estructural, Loizaga indicó que "parece ser la propia estructura partidista de las autoridades electorales lo que explicaría parte de los contratiempos y dificultades que el proceso ha enfrentado".
Añadió que estos conflictos internos provocaron retrasos en la aprobación de protocolos, reglamentos y adjudicaciones, lo que puso en riesgo el calendario electoral y generó incertidumbre en la ciudadanía. A su juicio, las etapas pre y postelectorales evidenciaron que las autoridades “constantemente pusieron sus intereses partidistas por encima del éxito del proceso electoral”.
Denuncias de presunto fraude
La misión también observó la circulación de narrativas de fraude a lo largo de todo el ciclo electoral, provenientes tanto del oficialismo como de la oposición e incluso de una de las autoridades electorales.
"La MOE observó la circulación narrativa de fraude a lo largo de todo el ciclo electoral... las que le han hecho un gran daño a la institucionalidad democrática y al proceso electoral mismo", señaló Loizaga, al recordar que misiones previas ya habían advertido situaciones similares.
El día de las elecciones, un grupo de 101 observadores de 19 nacionalidades visitó 780 juntas receptoras de votos y 325 centros de votación en los 18 departamentos del país.
La misión constató que la jornada se desarrolló con normalidad y con alta participación, salvo algunos incidentes aislados y restricciones puntuales a la labor de observación por parte de efectivos de las Fuerzas Armadas, las cuales, según indicó, fueron denunciadas y subsanadas rápidamente.
Pese a ello, subrayó que la MOE no ha observado dolo ni manipulación evidente del material electoral ni de los sistemas informáticos. "En suma, hemos visto atrasos, pero no indicios que nos hagan dudar de los resultados", afirmó, al advertir que estos retrasos han incrementado la especulación en un contexto de resultados ajustados.
La misión recordó que, aunque las herramientas tecnológicas facilitan el conteo y la totalización, el núcleo del sistema electoral son las actas físicas.
En ese sentido, indicó que el funcionamiento deficiente de estas herramientas no implica por sí mismo fraude, aunque sí refleja impericias técnicas y políticas de la autoridad electoral. Las actas, precisó, se encuentran bajo resguardo para continuar con los procesos de consolidación y escrutinio especial conforme a la ley.
Finalmente, Loizaga señaló que las autoridades electorales hondureñas aún se encuentran dentro de los plazos legales para emitir la declaratoria oficial de resultados.