San Pedro Sula, Honduras.- José Santiago Motiño López, candidato a la alcaldía de La Lima por el Partido Nacional y exalcalde del municipio, plantea regresar al gobierno municipal con un mensaje claro: administrar con honradez y resultados. En la entrevista con la periodista Ana Reyes Mendoza en Hablemos de política (La Prensa), Motiño insistió en que la base del cambio es sencilla y directa: "no hay que robar".
Motiño es egresado de la Academia Nacional de Policía, dedicado actualmente a la agricultura y la ganadería, con una agenda centrada en cinco ejes: salud, educación, seguridad, lo social y lo religioso
Esa premisa guía sus propuestas prioritarias para el primer año de gestión: mejorar la entrada principal del municipio, reactivar el policlínico y gestionar los recursos que corresponden a La Lima por el aeropuerto Ramón Villeda Morales.
El candidato reclamó además resultados concretos frente a la actual administración y responsabilizó al gobierno local por un supuesto abandono de obras y falta de gestión.
"La Lima está totalmente abandonada, muy abandonada", dijo, y acusó sobrevaloraciones en pavimentaciones que, según su relato, han generado endeudamiento municipal. Motiño dirige su discurso hacia la recuperación de la credibilidad ciudadana para que los contribuyentes vuelvan a pagar impuestos y, con ello, financiar obras y servicios.
A lo largo de la conversación el aspirante combinó memoria de obra pública con denuncias administrativas y un llamado a la cooperación interinstitucional: gestionar con el gobierno central, exigir el cumplimiento de decretos que protegen los derechos municipales y atraer inversión para generar empleo local.
Gestión y legado: transparencia y obra pública
Motiño reivindica el balance de su gestión anterior y presenta la transparencia como su carta de presentación. Recordó que su administración obtuvo "cinco diplomas de transparencia" y aseguró no tener observaciones económicas: "no tengo ningún reparo económico que el Tribunal Superior de Cuentas no nos haya hecho, al contrario, estamos limpios".
En lo concreto, Motiño destaca intervenciones realizadas en su período previo, entrega de útiles escolares sostenida durante cuatro años, rehabilitación de puentes y pasos, y la remodelación de entradas y bulevares que, dice, cambiaron la apariencia comercial del municipio. Atribuye esos resultados a la priorización del gasto y al trabajo de campo, "yo soy de campo, no soy alcalde de escritorio", afirmó, subrayando su postura de cercanía con las necesidades locales.
Frente a las obras recientes en la municipalidad, el candidato denuncia sobrevaloraciones y mala calidad, cita pavimentaciones que se hicieron "sobre el asfalto" y afirma que se recurrió a prácticas que parecen configurarse como corrupción.
Propone, por tanto, procesos de contratación más estrictos y un control técnico que evite repetir gastos innecesarios y obras que no resuelven los problemas de raíz.
Motiño concluye este bloque con un llamado a la gestión responsable, no solo ejecutar obras visibles, sino garantizar que sean duraderas y respondan a proyectos técnicos.
Su reivindicación del legado pretende contrastar con la administración en funciones y recuperar la percepción de que la alcaldía puede cumplir con servicios y proyectos sin endeudar ni saquear recursos públicos.
Seguridad y prevención trabajando en conjunto con Policía
La seguridad es uno de los ejes sobre los que Motiño insiste con más énfasis. Recordó que cuando fue alcalde redujo las muertes violentas de 78 a 18 en el primer año, gracias a un trabajo coordinado con la Policía Nacional y políticas sociales que ofrecieron alternativas a la juventud.
"Para poder llevar las incidencias delictivas, el alcalde tiene que manejar muchas cosas, lo social, principalmente lo social, crear ventanas de recreación", explicó.
Su diagnóstico combina prevención y presencia institucional: fomentar deporte, educación y recreación para mantener ocupada a la juventud y, al mismo tiempo, asegurar apoyo operativo a la Policía.
Motiño sostiene que la seguridad no se logra solo con despliegues policiales sino con inversión social que reduzca factores de riesgo. Propone replicar y ampliar programas que, según él, demostraron eficacia en su administración anterior.
Además, el candidato vincula la credibilidad institucional con la cooperación ciudadana: recuperar la confianza para que la población colabore con autoridades y pague impuestos, lo que a su vez permite financiar programas preventivos. Su promesa es retomar ese modelo integral que combinó prevención social y acciones coordinadas con las fuerzas del orden.
Salud: reactivación del policlínico y atención obstétrica
Uno de los proyectos bandera de Motiño es reabrir y poner en funcionamiento el policlínico que, según contó, fue avanzado durante su gestión y quedó abandonado por la administración actual.
Afirmó que durante la pandemia hicieron la ampliación para una sala de maternidad y que existía un acuerdo con la Secretaría de Salud para operar el centro, que hoy "está destruido totalmente" y con equipamiento perdido o mal utilizado.
El candidato insiste en que el policlínico es una prioridad por ser fundamental para la atención maternoinfantil local: "vamos a pedir a la Secretaría de Salud que nos lo vuelvan a dar", dijo, y defendió que la posibilidad de que las mujeres puedan dar a luz
en La Lima reduciría la carga de traslado y fortalecería la salud pública municipal. Plantea reactivar el espacio, recuperar equipamiento y restablecer convenios con instancias nacionales para garantizar recursos y personal.
Motiño también puso énfasis en la continuidad de proyectos con socios: recordó el apoyo del Comando Sur en la mejora de escuelas y en equipamiento sanitario durante su gobierno.
Su hoja de ruta en salud combina rehabilitación de infraestructura, restablecimiento de convenios y gestión directa ante la Secretaría de Salud para formalizar la reapertura del policlínico.
Infraestructura y aeropuerto: inversión, bordos y desarrollo económico
La tercera gran propuesta prioritaria que destaca Motiño es la reactivación económica mediante obras visibles y la gestión de recursos relacionados con el aeropuerto Ramón Villeda Morales.
El candidato sostiene que, según decretos promulgados en 1999, los ingresos por ciertas tasas deben repartirse 70% para La Lima y 30% para San Pedro Sula, y reclama que ese reparto no se está respetando: "el 70% le pertenecen a la Lima y el 30% le pertenecen a San Pedro Sula".
Vinculado a esto, plantea como imprescindible resolver la vulnerabilidad a inundaciones para hacer el municipio atractivo a inversionistas.
Defiende el mantenimiento de bordos y la dragación del río Chamelecón, y reclama acción del gobierno central para conservar canales como el Maya en condiciones óptimas. "Solamente así se puede hacer que la inversión llegue a la Lima", dijo, argumentando que la seguridad frente a inundaciones es condición previa para proyectos de mayor envergadura.
En lo inmediato, su objetivo es priorizar la entrada principal del municipio como obra emblemática del primer año y sacar adelante un plan de señalización y embellecimiento que, según él, ya contaba con estudios previos.
Motiño plantea que la recuperación fiscal y administrativa es un pilar para ejecutar su agenda. Relata que durante su gestión se elevó la recaudación y que eso respondió a la credibilidad ante los contribuyentes: "Nosotros recaudamos el primer año 119 millones".
Como fórmula, propone una alcaldía técnica que priorice funcionarios por capacidad y no por afinidad partidaria. "Conmigo no hay censos políticos, en mi plan había gente que era de Libertad y Refundación, gente liberal", afirmó.
Finalmente, su discurso cierra con una consigna moral que repite como columna de su campaña, la administración pública no es para enriquecerse. "Lo primero que hace el que hace fraude para poder llegar a un puesto público, lo primero que hace es ir a robar", dijo, y ofreció como legado dejar una alcaldía "con manos limpias" y proyectos enfocados en educación, salud y seguridad.
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Artículo elaborado con inteligencia artificial a partir de la transcripción de la entrevista en el programa Hablemos de política. El contenido fue supervisado y aprobado por un periodista y un editor.
