Tegucigalpa, Honduras.- En un esfuerzo por agilizar el tránsito fronterizo y facilitar el paso entre Honduras y El Salvador, este viernes 1 de agosto entró en vigencia el proyecto piloto de “paso ágil” en el punto fronterizo terrestre de El Amatillo, ubicado en el sur del país.
El anuncio fue realizado por Wilson Paz, director del Instituto Nacional de Migración (INM), quien detalló que este nuevo sistema reducirá significativamente el tiempo de espera y simplificará el proceso migratorio para los viajeros hondureños y salvadoreños, quienes constituyen la mayoría de usuarios de este cruce.
“Hoy iniciamos con un proyecto nuevo, un pilotaje de paso ágil entre El Salvador y Honduras. Hemos escuchado las necesidades del pueblo en dar celeridad en la atención”, expresó Paz.
El sistema consiste en realizar el control migratorio únicamente en uno de los dos países. Es decir, si un ciudadano viaja desde Honduras hacia El Salvador, hará su trámite migratorio en el lado hondureño y solo mostrará un comprobante al ingresar a El Salvador, sin necesidad de pasar por ventanilla migratoria. Lo mismo aplicará en sentido inverso.
El plan, exclusivo por ahora para ciudadanos hondureños y salvadoreños, busca eliminar trámites repetitivos en ambas fronteras y mejorar la fluidez del tránsito terrestre.
“Este es el punto fronterizo terrestre más importante del país, cada año por la aduana de El Amatillo pasa un promedio de un millón de personas”, destacó Paz.
Las autoridades evaluarán el comportamiento del pilotaje en las próximas semanas, con el objetivo de hacerlo permanente si los resultados son positivos. A mediano plazo, se contempla extender esta modalidad a otros pasos fronterizos con El Salvador y posiblemente con Nicaragua y Guatemala, en el marco de la integración regional.
Nuevo edifico
Además del pilotaje, las autoridades trabajan en la remodelación integral del punto fronterizo de El Amatillo, con una inversión que supera los 25 millones de lempiras, incluyendo el costo de la supervisión del proyecto.
Las obras contemplan la construcción de una nueva terminal de atención migratoria, áreas modernas para el control aduanero y mayor comodidad para los viajeros y el personal que labora en la zona.
El nuevo edificio contará con espacios climatizados, módulos de atención rápida, accesibilidad para personas con discapacidad, mejores servicios sanitarios y un sistema más eficiente de atención.
Este proyecto forma parte de un plan más amplio impulsado por el Instituto Nacional de Migración, que también contempla la modernización progresiva de todos los puntos fronterizos terrestres del país.