La crisis económica que enfrenta el país ha obligado hasta a la clase pudiente a recurrir a los servicios públicos que brinda el hospital Escuela.
Según Carlos Sánchez, médico ortopeda, desde inicios del mes de enero se ha podido observar la gran afluencia de pacientes que fueron atendidos en centros privados, pero que acuden al hospital por falta de recursos económicos.
“Vinen aquí con los papeles de clínicas privadas, en promedio un 25 por ciento de los pacientes que acuden a nuestra consulta son de una clase económica alta y eso no es pecado porque este es un hospital público y no podemos cerrar la puerta a los pacientes”, manifestó Sánchez.
Precisó que a diario en la consulta externa de ortopedia atiende a 40 pacientes y de estos, 10 pertenecen a la clase alta del país.
El galeno detalló que la mayoría de estos pacientes necesita ser sometidos a cirugías o procesos médicos que en el mercado privado tienen un costo muy elevado.
“La gente dice: no tengo dinero. No tienen dinero para pagar esas operaciones tan caras, por una operación ortopédica se puede pagar de 160 mil hasta 250 mil lempiras y aquí en el hospital solo se paga una pinta de sangre y 500 lempiras, si puede, y si no, no paga nada”. comentó.
Sánchez informó que estos pacientes de clase económica alta llegan de todo el país para recibir atención médica.
“Vienen de Choluteca, de Olancho, Juticalpa, Comayagua, incluso algunos vienen de San Pedro Sula, de La Ceiba y de Islas de la Bahía”, señaló Sánchez. “Esto da la pauta de que la situación económica del país es exagerada y ya está golpeando a la clase alta no solo a la clase media y hay que pensar entonces en cómo están los pobres del país”.
Para algunos pacientes del hospital la apertura de atenciones para este clase de pacientes le quita la oportunidad a los enfermos de escasos recursos económicos.
“Si aquí cuesta que a uno lo atiendan, no digamos ahora que van a venir los ricos a pedir medicinas, además si son ricos por qué tienen que venir, este hospital es para los pobres”, cuestionó Karen García, paciente del hospital.
“Cuando uno está esperando que lo atiendan, uno ve cómo los médicos y las enfermeras pasan a sus amigos primero, aunque uno haya venido a las 5:00 de la mañana y ellos vengan tarde, hay cosas que son muy injustas”, lamentó.