Los maestros amenazaron con endurecer las medidas de presión y acusaron al ministro de Educación, Marlon Escoto, de “estar demente”, después de concluir una marcha en la que participaron las centrales obreras y los sindicatos.
El gremio magisterial se lanzó a las calles para cuestionar al gobierno por la suspensión del diálogo para buscar una solución a la crisis educativa de Honduras.
El gobierno demandaba de la dirigencia magisterial un acta de compromiso firmada para impartir clases hasta el 21 de diciembre. Los líderes se negaron ante la petición.
Los docentes reiteraron ayer que acudirán a instancias internacionales para denunciar al ministro de Educación, Marlon Escoto, de “estarlos persiguiendo”.
Edgardo Casaña, presidente del Coprumh, calificó al ministro de “estar demente” y perdiendo la razón por “toda esa campaña contra el magisterio”.
Los profesores no dieron a conocer cuáles serán las próximas acciones de presión, pero se informó de manera extraoficial que la próxima semana se podrían tomar algunas carreteras de las principales ciudades del país.
El gobierno les adeuda 141 millones a unos cinco mil maestros. Los docentes también exigen que se derogue la Ley del Inprema, Ley Fundamental de Educación y el Decreto de Emergencia, asimismo quieren la destitución del ministro Escoto.
