Tegucigalpa, Honduras.- El número de hondureños detenidos por la patrulla fronteriza de Estados Unidos (EUA) mientras intentaban cruzar sus fronteras este año se redujeron drásticamente, de acuerdo a las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Los datos oficiales indican que entre enero y octubre de este año se reportaron un total de 8,543 connacionales que fueron detenidos por oficiales de las CBP.
La cifra disminuyó en el 90.1% respecto al número de detenciones que se reportaron en el 2024, en ese entonces fueron 86,486 hondureños detenidos en la frontera.
Este descenso marca uno de los cambios más significativos en los flujos migratorios de hondureños hacia Estados Unidos, luego de varios años en los que el país figuró entre los principales expulsores de migrantes en la región.
Uno de los factores clave detrás de esta reducción es el endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses, que incluyen mayores restricciones al asilo, retornos expeditos y controles más estrictos en la frontera sur.
Estas medidas han elevado el riesgo y reducido las posibilidades de permanecer en ese país tras un cruce irregular.
La cooperación regional con México y países centroamericanos que han reforzado los controles migratorios en rutas clave también ha limitado el avance de flujos masivos, indican expertos.
Este año el número de detenciones más importante que se registró fue en enero, cuando los agentes detuvieron a 4,608 hondureños; para febrero cuando el presidente estadounidense Donald Trump empezó a ejecutar sus políticas antinmigrantes bajó a 572 hondureños.
Para los siguientes meses la cantidad se fue reduciendo hasta llegar a octubre a 410 connacionales cuando intentaban cruzar la frontera.
Especialistas advierten que la reducción en los encuentros no necesariamente significa que hayan desaparecido las causas estructurales de la migración, como la pobreza, la violencia o la falta de empleo.
Señalan que se trata de una migración contenida por factores externos y políticas restrictivas; mientras Honduras continúa enfrentando el desafío de generar oportunidades internas que reduzcan la necesidad de migrar, miles de ciudadanos aún ven como una salida para una mejor vida irse del país.