Misteriosa reunión
Las tierras fértiles del valle de Comayagua y de algunos municipios de La Paz, más la benevolencia de la lluvia y el suministro de semillas mejoradas, fueron vitales para aumentar la cosecha del maíz y frijol en la región.
La buena producción, que rompió las cifras de 2012, garantizó el año pasado que el plato de comida de la mayoría de la población de ambos departamentos tuviera tortillas de maíz y frijoles.
Elevada producción
Según el informe de la regional de la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta), en 2013 hubo una producción de maíz de 8,872,700 quintales, superando en gran manera los 1,393,116 quintales logrados en 2012.
La diferencia en porcentajes entre ambos años es abismal y esperanzador para la población, con un 636 por ciento.
La mayor producción del año pasado se obtuvo de la cosecha de postrera, que abarca del 15 de agosto a finales de octubre ya que se recogieron de las fincas 6,667,300 quintales.
La cosecha de frijoles también fue halagadora, pues registró un 306 por ciento más que en 2012.
Los agricultores de las zonas produjeron 1,044,140 quintales, superando los 341,000 del período anterior.
De igual manera, la mayor producción fue en postrera con 945,550 quintales de frijol.
Los más productores
En el departamento de Comayagua se reportan los municipios más destacados en producción de granos básicos.
El primer lugar corresponde a El Rosario, que obtuvo una cosecha de 255,000 quintales de maíz.
La segunda comunidad más fértil fue Meámbar al reportar una producción de 220,000 quintales y en tercer lugar Comayagua con 91,800 quintales de maíz.
Cabe recalcar que los productores de estos municipios, incluyendo San Jerónimo, venden gran parte de sus cosechas al Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Según Fernando Lagos, coordinador regional de Dicta, los cultivos de primera y postrera en Comayagua y La Paz fueron impresionantes.
“Si hablamos de los dos últimos años, en producción agrícola hemos observado satisfacción en el componente de inversión del actual gobierno con el bono solidario productivo. Igual no es fácil comparar un año con el otro cuando los ciclos fueron diferentes”, dijo.
Y es que el aumento de una cosecha, sea de maíz o frijol, no solo radica en la cantidad de semillas cultivadas sino también del clima que se presenta en cada ciclo productivo.
Es decir, que parte del éxito del año pasado también estuvo en que el invierno y verano no perjudicaron mucho los cultivos como sucedió en 2012.
Según la estadísticas, al menos unas 25 manzanas se perdieron en invierno por las lluvias mientras que en 2012 las pérdidas fueron hasta de 1,000 manzanas cultivadas.
Equilibrio
El valle de Comayagua en los últimos 15 años le ha apostado a diversificar los cultivos y en la actualidad existen productores de hortalizas, frutales y vegetales orientales.
El cultivo de granos básicos, específicamente maíz y frijol, no es el más fuerte pero genera la seguridad alimentaria mínima a sus habitantes.
De acuerdo a Elvis Cruz, coordinador de la mesa regional de seguridad alimentaria, dos valles de Comayagua el año pasado no pudieron ejecutar lo plantificado en el programa.
Pese a ello, aseveró que la desnutrición en la región central no fue tan drástica como en otros departamentos del país.
Sin embargo, entre el 50 y 60 por ciento de la población del departamento vive en pobreza y un 30 por ciento en niveles de extrema pobreza, donde aparece con más fuerza la desnutrición infantil.
Empero, los productores de la región demandan la apertura de puertas a la comercialización de sus cosechas.
“Necesitamos mejores mercados, no solo el local. De qué sirve que en temporadas nos salga buena producción si la tenemos que vender a bajos precios”, expresó Jorge Cabrera, productor de maíz de Comayagua.
