Tegucigalpa, Honduras.-Hallazgos que fueron develados en el primer juicio oral y público celebrado contra Susette Atuán Rojas, involucrada en el millonario desfalco al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), volvieron a repetirse este día en la declaración de otro testigo clave.
Cinthia Mariela Velásquez, quien sirve de testigo clave por parte del Ministerio Público (MP), reveló ante el tribunal, detalles de cómo funcionó la empresa de fachada o maletín: Suministros Médicos (Sumimed), creada por Michelle Alejandra Rojas Flores (hermana de Susette) y su esposo, José Alberto Zelaya Guevara, que está prófugo de la justicia.
En un inicio, Velásquez fue quien fundó la empresa Sumimed, a petición de Michelle Rojas y José Zelaya, quienes le aseguraron en todo momento, que ellos estaban en el extranjero, pero que al regresar al país, pasarían la empresa a su nombre, así como las distintas cuentas bancarias que fueron abiertas.
La caída de la trama
En 2013, cuando finalmente, tras varias investigaciones, el descomunal desfalco al IHSS salió a la luz, también se dio la caída de Sumimed, empresa a la que José Zelaya (propietario), entonces jefe de Compras y Suministros del IHSS, le había otorgado contratos millonarios para abastecer de equipos médicos a esa institución.
El descalabro de la empresa de fachada dio al traste con la relación laboral que Cinthia Velásquez tenía con los dueños, José Zelaya y Michelle Rojas, esta última, amiga de muchos años de Cinthia.
La escabrosa situación legal que les sobrevino a los Zelaya Rojas, derivó en que Velásquez también dejara la que para ella, en su momento, fue una empresa funcional, ya que era ella misma la encargada de la facturación de los productos que le vendían al IHSS.
Terminada la relación laboral y la llegada de las graves acusaciones por el delito de lavado de activos para Michelle Rojas y José Zelaya, pusieron en un escenario de peligro a Cinthia Velásquez, quien junto al motorista Gustavo Adolfo Linares, inverosímilmente, eran los dos empleados de Sumimed.
Por medio de un primo le hicieron saber que su vida corría peligro, si no declaraba un favor de Rojas y Zelaya, según una misiva que un abogado cercano a Michelle y José le había enviado con su pariente.
Días después, la propia Michelle Rojas visitó a Cinthia con el objetivo de pedirle perdón por haberla metido en un embrollo que lindaba con lo ilícito.
Pero además, de advertirle sutilmente que su vida corría peligro. En esa ocasión —con el fin de infundir temor— Michelle le contó a Cinthia, que José, su esposo, mandó a matar a otra persona y que si la había mandado a advertir a ella, no dudaba que le podía mandar a hacer lo mismo, según relató en el testimonio ante el tribunal.
Más adelante le sugirió que abandonara el país, pero esta desistió, argumentando que no tenía nada por que ocultarse y huir del país si sabía una ciencia cierta que no había cometido delito mientras trabajaba en Sumimed.
Un tiempo después, Michelle le pidió a Cinthia que fuera a la casa de su hermana Susette, en la colonia Miraflores de la capital, para que pudiera ver a sus hijas mayores, a quienes Cinthia quería mucho, ya que había tenido una relación cercana con las pequeñas.
Cinthia, a pesar del peligro que corría y en ese ínterin, Michelle le dijo que quería que escuchara la opinión de una persona para que la asesorara y pudiera enfrentar alguna acusación en su contra.
Esa persona era el abogado Juan Carlos Berganza, quien, según su declaración, era una supuesta pareja sentimental de Susette Atuán, hermana de Michelle.
Este le habría recomendado que le echasen la culpa de todo lo ocurrido a José Zelaya, para que ella y Michelle se libraran de toda culpa, pero Cinthia tampoco accedió a esa petición.
Casi terminado
En el cuarto día del juicio, además, comparecieron el periodista deportivo Henry Gómez, a quien el Ministerio Público acusó de blanqueo de capitales, en contubernio con la extesorera del IHSS, Vivian Juárez, ya fallecida.
Gómez habría cambiado cuatro cheques valorados en total por 605 mil lempiras, los que fueron emitidos a favor de las empresas de maletín que estafaron al IHSS, entre estas Sumimed.
Asimismo, rindió su testimonio una empleada del Departamento de Tesorería de IHSS, que conoció en su momento los trámites administrativos para el desembolso de esos fondos a las empresas fantasmas.
El juicio contra Susette Atuán Rojas, exempleada del Departamento de Personal del IHSS, acusada de lavado de activos, se está repitiendo luego que la Sala Penal declaró con lugar un recurso de casación interpuesto por el Ministerio Público.
En el primer juicio fue absuelta el 18 de junio de 2017.