Tegucigalpa, Honduras.- La ubicación geográfica de Honduras lo convierte en el país con menor actividad sísmica de Centroamérica, sin embargo, esto no ha evitado que este tipo de fenómenos causen fallas geológicas, destrozos y temor en la población.
En los primeros siete meses de 2025 se registró un preocupante aumento en los sismos en comparación con el año 2024, informó el jefe de la Unidad de Sismología del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), Mario Martínez.
Algunos de los temblores han causado temor entre los ciudadanos, ya que han sentido el movimiento de la tierra, mientras que otros no han sido perceptibles para los hondureños.
Según las autoridades de Cenaos, en los primeros siete meses del año se presentaron 114 sismos, mientras que en el 2024 ocurrieron 95, con un incremento interanual de 19.
El mes que más reportó este tipo de fenómenos naturales fue febrero con 39 sismos que sacudieron el territorio hondureño, mientras el que presentó una menor actividad fue mayo con siete.
El año anterior se presentaron 21 sismos en marzo, siendo el mes con más actividad, por el contrario, enero fue el más bajo con solo tres.
La zona más afectada por el movimiento tectónico es la parte sur del país, cerca de las playas de Amapala, esto debido a que hay una falla geológica que se ubica cerca de la playa en el océano Pacífico.
Los sismos son fenómenos impredecibles, cuya presencia solo se detecta cuando la tierra comienza a temblar. Por ello, es fundamental saber cómo actuar y resguardarse ante este tipo de situaciones, dijo Martínez.
Sismos en Honduras
“El último sismo que se registró en el país fue al norte de Francisco Morazán” el pasado miércoles – 06 de agosto- en horas de la tarde con una magnitud de tres en la escala Richter, informó el especialista de Cenaos.
Sin embargo, no ocasionó daños materiales ni víctimas mortales, y los que sintieron este fenómeno con mayor intensidad fueron los habitantes del municipio de Talanga, Francisco Morazán y Minas de Oro, Comayagua.
Según el Cenaos, en la escala de Richter, un temblor menor a cuatro grados suele pasar inadvertido para la mayoría de las personas, salvo en el epicentro. En cambio, cuando supera esa magnitud, ya se considera potencialmente peligroso.
Este fenómeno ocurre porque la tierra está formada por placas tectónicas, hechas por rocas, que se frotan, se mueven y chocan entre sí.
Zonas con más sismos
Honduras tiene una ubicación geográfica favorable que la hace menos propensa a tener sismos de alta magnitud, confirmaron las autoridades de Cenaos.
La zona sur del país es la más vulnerables a los sismos, debido a que ahí se encuentran los límites de dos placas tectónicas que se empujan y acumulan energía, esto causa temblores en las costas de Honduras, Nicaragua y El Salvador, cerca del Golfo de Fonseca, explicó el geólogo, Aníbal Godoy.
A este lugar se le conoce como las placas del Coco, es donde más temblores ocurren cerca de Honduras, solo en esta semana se registraron siete sismos y según Cenaos, ninguno ocasionó daños en el territorio hondureño.
Pero cuando alguno tiene una magnitud de tres en la escala de Richter los habitantes del municipio de Amapala, Valle pueden sentir el temblor, pero este no causa perjuicios ni víctimas.
No sólo esa parte del territorio nacional es vulnerable a este tipo de fenómenos, en la zona norte cerca de Islas de la Bahía hay otra unión de placas tectónicas que hace recurrente las apariciones de temblores. “Por eso hay muchos sismos en Roatán, siempre al norte de Islas de la Bahía", explicó Godoy.
Agregó que esta falla geológica abarca desde Omoa, pasa por Guatemala y termina en el anillo de fuego, lugar del océano Pacifico, que rodea los continentes de América y Asia, ahí es considerado una zona de alta actividad sísmica y volcánica.
El geólogo agregó que por las condiciones del océano Atlántico no existe un alto riesgo de que ocurran sismos fuertes o tsunamis que afecten directamente al territorio hondureño.
Falla geológica más grande en Honduras
Honduras, a pesar de ser un país con una extensión territorial pequeña en comparación con otros, ha presentado varias fallas geológicas que recorren gran parte del país.
En la actualidad hay grietas que están activas, ahí es donde se presenta la mayor parte de los sismos en Honduras, esa es la falla de Guayape, considerada la más grande de Centroamérica.
Esa falla se extiende desde la frontera de Honduras con Nicaragua, cerca de El Paraíso, hasta la costa caribeña, donde desemboca el río Sico.
Cenaos explicó a EL HERALDO que una de la más grande y que abarca casi todo el territorio es la falla del Apacilagua, que recorre desde el municipio de Tasbarraya, Gracias a Dios y termina al sur del país adentro de las Playas del Carretal en Choluteca.
Sin embargo, esta falla no significa en la actualidad un peligro para los hondureños, debido a que se encuentra inactiva desde hace miles de años, dijo el geólogo.
A nivel nacional se contabilizan “como 30 fallas” informó Mario Martínez de Cenaos, pero no todas implican un peligro, ya que muchas se encuentran inactivas (no provocan sismos).
¿Qué pasa cuando se activa una falla geológica?
Al momento en que una falla geológica se activa puede causar pequeños temblores que solo dañan parte de la estructura de una casa o convertirse en un fenómeno que destruya varias colonias.
Los habitantes de la colonia Guillén en la capital de la República fueron severamente afectados porque una falla se activó en septiembre del 2022, en un día lluvioso, lo que causó un deslizamiento que destruyó las viviendas de más de 600 familias que habitaban en ese sector, incluyendo Nueva Santa Rosa, Villa Delmi y Cerrito Blanco.
Luego, la zona fue declarada en desastre y las autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) comenzaron el desalojo, habilitando nueve albergues para los damnificados.
No solo perdieron su casa, algunos también sus trabajos, sus ahorros, hasta amigos y vecinos muertos por el estrés de vivir en una zona de alto riesgo y haber perdido su patrimonio, dijo uno de los vecinos de la Guillén en una entrevista.
Ellos aún no se recuperan de este hecho ocurrido en 2022, muchos viven con miedo de que la falla se active y acabe con sus hogares, pero ellos no tienen la capacidad económica para mudarse a una zona más segura de la ciudad.
