La falta de agua en el centro penal de Juticalpa es una situación de “emergencia” que requiere acciones urgentes de las autoridades penitenciarias para evitar una epidemia y otros daños que se puedan lamentar, advirtió Wendy Juárez, delegada del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) en Olancho.
Exhortó a las autoridades encargadas de los centros penales “a realizar las gestiones pertinentes para que a la mayor brevedad posible se construya un pozo en el penal de Juticalpa”. “Lo que ocurre en el reclusorio es una emergencia que requiere de acciones inmediatas”, dijo Juárez.
Agregó que lo único que puede esperarse de un lugar donde hay 496 personas que no cuentan con agua para el consumo, ni para la preparación de alimentos ni para bañarse, “es una epidemia”.
Declaró que el penal de Juticalpa cuenta con un pozo que lamentablemente cada año produce menos agua.
Recordó que el año anterior “se tuvo que pedir apoyo a personas particulares que colaboraron con un poco de agua para los internos”. Indicó que, en las actuales circunstancias, “los privados de libertad tienen que estar reciclando el agua ya que la poca que utilizan para bañarse la recolectan para luego utilizarla en los sanitarios”.
Si en este momento del año los privados de libertad ya están reciclando el agua que utilizan para bañarse, y luego ese mismo liquido lo usan en los sanitarios, “qué se puede esperar cuando estemos en abril, que es uno de los meses más calientes”, se preguntó.
Juárez alabó el gesto y el esfuerzo de la alcaldía municipal de Juticalpa, que con la colaboración del Cuerpo de Bomberos está proveyendo el poco líquido que utilizan los privados de libertad en ese centro. Los familiares llevan botellas de agua a los internos y, de esa manera, resuelven un poco la crítica situación.
