Prepárese para conocer los secretos más íntimos de Hollywood y mantenga la mente abierta sobre otros temas completamente alejados de la normalidad.
Es la única forma de disfrutar las increíbles revelaciones de alguien tan particular como Shirley MacLaine. Como nunca antes en una entrevista, habla sobre su hermano Warren Beatty, George Bush y Fidel Castro, Frank Sinatra o Jennifer Aniston, abarcando otros temas tan personales como las drogas, el alcoholismo de su padre y sus propias creencias sobre contactos extraterrestres, experiencias extracorporales y la reencarnación de vidas anteriores.
“Al fin una entrevista donde no tenga que hablar sobre el estreno de alguna película”, bromea Shirley MacLaine al entrar en la suite 705 del Hotel Beverly Wilshire, justo frente a la tan promocionada Rodeo Drive. Mostrando unos anillos de plata que ella diseñó especialmente, en la misma mano derecha nos trae de regalo su libro Sage-ing While Age-ing, relacionando el envejecimiento con la sabiduría de una vida de película, como solo Shirley MacLaine puede vivirla.
En su libro escribió que “todos somos productores, directores y estrellas de nuestras propias comedias o dramas a diario” ¿Qué tan buena es usted como productora o directora de su propia vida? Si viniste a entrevistarme, quiere decir que va todo bien. Estoy feliz así. Hay mucho todavía por mejorar, pero no todo tiene que ver con mi vida. No estoy tan feliz con las noticias que todavía no logro desconectar, pero estoy contenta con mi estilo de vida.
¿Y por qué eligió mudarse a Nuevo México, lejos de Hollywood y Malibú? ¿Es una forma de alejarse también de la fama y la atención de la gente? Lo peor de Hollywood es el tráfico. Quiero decir... tengo que renovar mi visa cada vez que vuelvo a la ciudad (Se ríe). Pero amo Malibú cuando salgo a caminar con mi perro o voy de compras por los negocios chiquitos que hay. Todavía tengo un lugarcito aunque vendí todo para mudarme a Nuevo México. En Malibú ya viví 13 incendios, debe haber algo que me guste para soportarlo. Nuevo México a veces es muy seco y mi nariz sangra por la altura, pero es un paraíso las cuatro estaciones.
¿Qué opina de las actuales superestrellas como Julia Roberts y Jennifer Aniston?¿Por todo lo que viven públicamente? Ellas eligieron lo que hacen, no son ningunas víctimas. Julia ha reaccionado remarcablemente en ese sentido. Es una chica que viene de Smyrna, Georgia. ¿Qué se puede esperar? Le gusta ser madre y ama de casa. Ya veremos cuánto dura, pero me parece que por ahora es su verdad. Y Jennifer es extraordinaria. Cuando filmamos la película Rumor Has It, la vi pasar por todo eso (con su divorcio de Brad Pitt). ¿Sabes a cuántas mujeres dejan plantadas los hombres? Y la forma en que ella se comportó es un ejemplo público, muy madura, aún cuando estaba sufriendo. La admiro.
¿Y las estrellitas más jóvenes como Lindsay Lohan, Paris Hilton o Britney Spears? Creo que están mostrando el significado de la adicción de la fama y como a veces también te arruina. Es lo que le pasa a tu alma si existe una adicción para que te saquen una foto todo el tiempo, porque todos en alguna forma quieren ser famosos.
¿Y a veces tampoco importa la razón por la cual son famosas? Exacto. Y también son ejemplos negativos por la droga, el alcohol, la moda. Arruinan su talento para ser famosas. Y ellas tampoco son víctimas. En cierta forma, les enseñan a los más jóvenes que no hagan lo mismo, que trabajen y entiendan quiénes son.
¿Usted nunca tuvo alguna experiencia con drogas en Hollywood? Una vez estaba en esta fiesta muy extravagante de Hollywood y había un recipiente de plata con algo que yo pensé que era edulcorante Sweet and Low; puse un par de cucharadas en mi taza y por supuesto, la anfitriona se escandalizó de golpe. No llegué a tomarlo porque enseguida me dijo “Eso son mil dólares en cocaína”. Era una fiesta privada, no es algo que tampoco sirven en los restaurantes (ríe).
¿El buen ejemplo familiar sirve en Hollywood? ¿En lo personal heredó alguna característica particular de sus padres? Mi padre era doctor en psicología y filosofía, era un hombre muy educado y por eso hacía preguntas todo el tiempo, como yo. Mamá era canadiense y estaba enamorada de la naturaleza. Cuando yo empecé a creer en la reencarnación ella me dijo: “Lo entiendo, porque mi planta de rosas tiene diferentes rosas cada año. Es la misma alma todo el tiempo, con vidas diferentes”. Ella lo entendió.
Llama la atención que en su último libro no menciona a su hermano, Warren Beatty. El libro no se trata de Warren, sino de mi vida.
Justamente. Habla de su vida, su familia, sus amigos, hasta de su perro Terry, pero ni siquiera menciona a Warren Beatty. Es verdad.
¿Hay alguna razón en especial? ¿Él cuestiona su forma de pensar? Claro, todo el tiempo. ¿Estás bromeando? Él es un intelectual del cerebro izquierdo, por supuesto.
El libro Sage-ing While Age-ing fue escrito en plena mudanza de Shirley MacLaine a su nueva casa en Santa Fe. Es difícil leer las diferentes páginas del libro sin plantearse más dudas sobre el inusual camino que ha tomado una estrella de Hollywood como Shirley MacLaine. Pero por suerte la tenemos frente a frente, para que ella misma responda todas las dudas, sin ninguna censura previa.
¿A quién está dirigido el libro? Básicamente está dirigido a todos, pero realmente quiero que lo lean los jóvenes que todavía están en la universidad, porque toco temas en los cuales ellos todavía no fueron programados. Quiero darles algo de sentido, para que no cometan los errores que nosotros cometimos. Me gustaría hacer algunos seminarios durante un fin de semana. El primer día sería sobre el acceso a la divinidad interior y el segundo día sobre el hecho de prepararnos a la presencia real de los extraterrestres, porque ellos saben que estamos en grandes problemas.
¿Cómo es que comenzó a interesarse por los extraterrestres? ¿Cuándo fue la primera vez que escuchó hablar sobre un ovni? Mi primera experiencia fue a los 18 años. Estaba en Arlington, Virginia, frente al río de Washington, de donde yo vengo. Un par de escuadrones de ovnis habían pasado por encima del Capitolio y la Casa Blanca. Está documentado, fue el 19 de julio de 1952. Nadie sabía qué hacer. (El presidente) Truman puso al general Stanford en televisión y dijo “No sabemos que son. No son nuestros y no son rusos”. Esa fue mi primera experiencia. Ahí me pregunté ¿qué está pasando? Me llamó la atención y a partir de ese entonces me interesó el tema.
Hablando de ‘seres de otro planeta’, ¿es cierto que conoció personalmente a Fidel Castro?
Sí. Fue tremendo, estaba muy curioso, me planteó todo tipo de preguntas sobre el jugo de naranjas envasado o como funcionan los ascensores en los edificios más altos. Pasé 18 horas con él. Había llevado la película The Turning Point para que los cubanos la vieran y después me encontré con la bailarina Alicia Alonso que vive allá, porque somos viejas compañeras de ballet.
¿Es cierto que usted predijo el ataque terrorista del 9 de septiembre en las torres gemelas de Nueva York? Aparentemente sí. Yo no me acuerdo. Es lo que dice la gente que me escuchó. Creo que yo estaba filmando The West Side Waltz. Jennifer Grey me lo dijo, pero yo no creo que haya sido tan específica.
¿Alguna otra predicción? Será horrible, peor que ahora. La fecha está al final del libro, en el año 2012.
¿Le preocupa la muerte? Yo no creo que morimos. Creo que el alma es eterna y por eso no le temo al mal. No tengo miedo de otras realidades porque soy lo suficientemente grande como para haber pasado por muchísimas aventuras donde mi vida corrió peligro y siempre estuve protegida porque busqué ayuda en mi interior.