Su “doctora Paula”
Estados Unidos. La 67 entrega de los Emmy en el Teatro de Microsoft de Los Ángeles se auguraba como una noche de sorpresas, y vaya que lo fue, muchas predicciones se hicieron realidad.
La principal de todas fue la victoria de Game of Thrones, la serie que ha roto récords de audiencia y que impidió que Mad Men se llevara su quinto trofeo y estableciera un récord como el drama más premiado de la historia.
De esta manera la serie se corona como la segunda de la historia en ganar la categoría Drama, a pesar de ser ficción, después de Lost, en 2005, y optaba a ese premio desde 2011.
Game of Thrones también obtuvo los Emmy a Mejor guión y Mejor dirección de serie dramática, y Peter Dinklage se llevó su segunda estatuilla como Mejor actor de reparto.
Viola Davis también hizo historia al ser la primera actriz negra en ganar la presea a Mejor actriz drama, por How to Get Away With Murder, donde interpreta a una abogada implacable.
Otro que protagonizó la noche de sorpresas fue Jon Hamm, al ganar como Mejor actor drama, por Mad Men; era el favorito y nunca lo había obtenido.
La Mejor serie comedia fue Veep, que también ganó el premio a Mejor actor de reparto, con Tony Hale, y Mejor actriz de comedia para Julia Louis-Dreyfus, que ya suma su tercer Emmy con la serie.
Es así que Modern Family no siguió con su racha de Mejor comedia.
La Mejor dirección serie comedia se la llevó Jill Soloway por Transparent; Jeffrey Tambor se alzó como Mejor actor de comedia por su papel de transgénero.
Pero si de cantidad de premios hablamos, la producción Olive Kitteridge arrasó con los premios de su categoría al ganar como Mejor miniserie, Mejor dirección, Mejor guión, Mejor actor de reparto (Bill Murray), Mejor actriz (Frances McDormand) y Mejor actor (Richard Jenkins).
