TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Detrás de un adorno de barro, una hamaca o una silla hecha de forma artesanal se esconde una historia que muchos desconocen. Esfuerzos diarios y esperanza de destacar en un mundo en el que todos buscan oportunidades, son solo parte de sus luchas, sin embargo, la valentía para asumir responsabilidades y arriesgarse por algo incierto parecen ser la clave del éxito.
Así lo expuso el capitalino Edwin Barahona, de 42 años, quien apostó por impulsar el talento de diversas familias hondureñas a través de su marca ‘Casa del Barro’. “Siempre soñé con lograr algo para bendecir a muchos. Decidí enfocarme en lo típico porque es una forma de dar a conocer nuestro país con artículos de utilidad”, expresó para EL HERALDO INSPIRA.
De modo que el talento de los artesanos plasmado en barro, telares, tallados de madera, resinas y diversidad de prendas de vestir ya cuenta con un espacio en el que han tenido la aceptación deseada y merecida.
Hoy por hoy, ‘Casa del Barro’ se ha consolidado como una de las marcas más cotizadas de la capital debido a sus coloridos diseños, materiales de calidad y atención personalizada. Además, ha cruzado fronteras y encantado a extranjeros con las diversas técnicas de las manos artesanas.
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Fidelidad vs crisis
Es de todos conocido que la pandemia de covid-19 causó una aguda crisis financiera en el país -y en el mundo- afectando desde las pequeñas hasta las grandes empresas. Fue entonces que los clientes de Barahona, también licenciado en Finanzas, le demostraron lo fidelizados que estaban con los productos de su marca ya que sus ventas no bajaron, más bien aumentaron. “Fue sorprendente, en esos dos años recibimos nuevos clientes y amigos gracias a las recomendaciones de boca en boca”, contó.
Cada obra de arte es expuesta en ‘El Bazar del Sábado’ desde las 10 de la mañana hasta las 7 de la noche. Si usted desea contactarlos y adquirir alguna de sus piezas puede encontrarlos en sus redes sociales como casadelbarro o llamarles al número (+504) 3393-7119.
Los precios rondan desde los 50 a 950 lempiras. “Emprender es un gran reto, pero de que se logra, se logra y aunque los primeros años son difíciles, con la ayuda de Dios todo es posible”, culminó Barahona.
La mayoría de los testimonios de exitosos emprendedores -como este- demuestran que la fe, perseverancia y valentía son la combinación perfecta para crecer, pues el propietario de ‘Casa del Barro’ confió a EL HERALDO que todo inició con una inversión de 500 lempiras que se cuadruplicó rápidamente. ¿Sorprendente no?
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