Con sombreros y "Zapatos de tacón", Tegucigalpa se rindió al "Tequilazo" de Bronco

Pasadas las 9:00 de la noche del viernes, Bronco regresó a Tegucigalpa a bordo de su "Dejando huella tour", y el público estalló en vítores

  • 22 de noviembre de 2025 a las 08:17
Con sombreros y Zapatos de tacón, Tegucigalpa se rindió al Tequilazo de Bronco

Tegucigalpa, Honduras.- Relinchó el caballo en las pantallas y el Coliseo Nacional de Ingenieros descendió a un silencio expectante. Mientras se lograba encuadrar el mejor video de la noche, una voz anunció: “última llamada a los pasajeros Arsenio Guajardo, Javier Cantú, Adán, René y Lupe Esparza. Iniciamos el despegue”.

La respuesta del público fue inmediata, un estallido cálido que rompió la penumbra y anunció el esperado regreso de Bronco a Tegucigalpa tras dos años de ausencia.

Los primeros acordes de “Amigo Bronco” dejaron sentir de inmediato la presencia de un grupo que domina su historia y entiende la expectativa de su público.

Con “Oro”, los asistentes se entregaron a un clásico que desde 1991 consolidó a Bronco en la escena grupera mexicana, mostrando su tránsito de raíces chicanas a un sonido de cumbia norteña y baladas románticas universalmente reconocidas.

“Mírenla, mírenla” impulsó la energía de la noche y dejó en claro que, tras más de cuatro décadas, la banda sigue manteniendo intacta su frescura.

Girando, bailando y reforzando cada coro, la banda construía una conexión única con la audiencia, siendo uno solo con ella.

“Agradecemos muchísimo su cariño y el amor que nos hacen sentir aquí dentro del corazón. Muchísimas gracias, Honduras”, dijo Lupe Esparza antes de que los integrantes se presentaran, uno a uno, ante un público que los aguardaba desde julio.

El repertorio avanzó con “Doctor” y “Los castigados”, evocando la energía de los noventa y provocando ovaciones de jóvenes y adultos por igual. Con “La pata coja” y “El chupetón”, la noche ganó intensidad antes de que la emotividad alcanzara su clímax con “Quiéreme como te quiero”, “Bienvenido dolor” y “Libros tontos”, provocando que el recinto deportivo retumbara bajo la entrega del público.

Bronco en Tegucigalpa: Así se vivió el espectacular regreso de la banda a Honduras

En estos momentos quedó patente, a mayor profundidad, la maestría instrumental del quinteto. Guitarra, bajo, teclados, acordeón y batería se entrelazaban con precisión, mientras la combinación de música norteña, cumbia, baladas y rancheras ofrecía una experiencia completa, rica en nostalgia, energía y complicidad.

“Están cantando fenomenal, Honduras”, celebró Adán Esparza tras “Cómo te lo digo”.

La boletería se agotó por completo, dejando constancia de la expectación masiva que generó Bronco en Tegucigalpa.

La secuencia de “Lo que nunca fue tuyo”, “Un fin de semana”, “Pastillas de amnesia” y “Tequilazo” marcó un bloque de celebración colectiva. Tras un brindis multitudinario que unió al público en un “Salud, Honduras”, la invitación a "zapatear toda la noche" se consolidó con “Zapatos de tacón”, un himno intergeneracional que ha consolidado su estatus en la memoria del público.

La velada navegó entre la emoción y el éxtasis con “Llorando bajo la lluvia”, “Tres heridas” y “Un golpe más”, antes de que “Dos mujeres, un camino” evocara la vigencia de sus baladas clásicas.

Los siguientes temas —“Aunque no me quieras”, “Si te vuelves a enamorar” y “Sergio el bailador”— consolidaron la energía colectiva, con el público replicando cada compás con gritos, palmas y pasos de baile que parecían inseparables de la cadencia de la banda.

Bronco pide a nuevos artistas “letras bonitas” en vez de “dar pena”

Con linternas encendidas en todas las localidades, “Corazón duro” transformó el espectáculo en un mar de luces, mientras “Adoro” y “Que no quede huella” anticipaban el cierre. La combinación de repertorio, virtuosismo instrumental y conexión con la audiencia reafirmó por qué Bronco sigue siendo un referente ineludible del grupero mexicano, no por nada mantienen el apelativo de "El gigante de América".

Al sonido del relincho de caballo, sello característico de su propuesta norteña, Bronco se despidió del público.

La noche alcanzó su punto álgido con “Naila”, tema insigne de 1996, que cerró el repertorio musical del concierto. Sin embargo, los cinco Broncos permanecieron sobre el escenario, despidiéndose del público, firmando autógrafos y lanzando besos, mientras Tegucigalpa daba por concluida la temporada de conciertos de 2025.

Y así, aquellos que en su momento dieron forma a “Que no quede huella” constataron que su música, su esencia, sus giras taquilleras y su robusta trayectoria continúan “Dejando huella” en Honduras y en los confines del mundo entero.

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Cinthya Bardales
Cinthya Bardales
Cinthya Bardales

Licenciada en Periodismo por la UNAH. Creadora de contenido impreso y digital, orientada a lifestyle, acontecer social y cultural.

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