Tegucigalpa, Honduras.- El candidato presidencial del Partido Liberal, Salvador Nasralla, aseguró que Ana Paola Hall, consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), presentará su renuncia de manera condicionada.
Nasralla detalló en un comunicado del 21 de julio que la dimisión no tendrá efecto inmediato, sino que estará sujeta a que el Congreso Nacional la acepte y, simultáneamente, designe a su reemplazo.
EH Verifica lo explica a continuación:
Sin respaldo legal
La figura de “renuncia condicionada” no está contemplada en la Constitución ni en la Ley Electoral. Según Nasralla, Hall seguirá en el cargo mientras el Legislativo no garantice que el Partido Liberal, al que representa, conservará su espacio en el CNE.
El artículo 52 de la Constitución establece que los consejeros del CNE son electos por el Congreso Nacional, pero no detalla procedimientos de renuncia más allá de requerir su aceptación con las dos terceras partes de los diputados que integran el Congreso Nacional (que suman 86 votos).
En esa línea, el artículo 26 de la Ley Electoral señala que, en caso de renuncia, el Congreso debe elegir al sustituto también con mayoría calificada.
No obstante, la ley no vincula ambos actos ni establece que deban ocurrir simultáneamente.
El abogado y analista Luis León afirmó que una renuncia con condicionante no está contemplada en el procedimiento legal.
“Primero se interpone la renuncia, luego se nombra al sustituto. Esa condicionante no está en la normativa”, afirmó.
León agregó que el proceso inicia con la presentación de la renuncia, que debe ser incluida en la agenda legislativa y votada por mayoría calificada. Solo después de la aceptación puede proceder el nombramiento del nuevo consejero.
Negociación política, no jurídica
Aunque legalmente no es viable una renuncia condicionada, este tipo de maniobras pueden responder a arreglos o presiones entre partidos, dicen fuentes consultadas por EH Verifica.
El abogado constitucionalista Juan Carlos Barrientos opinó que la dimisión anunciada responde más a una lógica política que jurídica.
“El Partido Liberal quiere asegurar que en la misma sesión en que se acepte la renuncia, se nombre al sustituto”, comentó.
Luis León coincidió en que “más que una decisión constitucional, es una interna del partido. El partido define al sustituto y luego Hall renuncia para que esa persona sea propuesta en el Congreso”.
Riesgo de parálisis institucional
Si Hall deja el cargo sin que se nombre a su reemplazo, y uno de los otros dos consejeros se ausenta, el CNE podría quedar inoperante por falta de quórum para deliberar y tomar decisiones.
Esta posibilidad genera una presión política real para que el Congreso Nacional vincule la aceptación de la renuncia con la elección inmediata del sustituto, aunque no exista respaldo legal para hacerlo.
Luis León advirtió que nombrar un nuevo consejero sin haberse aceptado la renuncia oficial implicaría tener cuatro integrantes en un órgano que solo permite tres propietarios y sus respectivos suplentes, lo cual sería inconstitucional.