Tegucigalpa, Honduras.- En los últimos días, diversas capturas de pantalla que aparentan ser publicaciones de EL HERALDO han sido difundidas masivamente en redes sociales.
Las imágenes, que reproducen con exactitud el estilo visual del sitio web del medio, incluyen titulares falsos dirigidos contra figuras del gobierno como la presidenta Xiomara Castro, el expresidente Manuel Zelaya y la precandidata Rixi Moncada.
Sin embargo, ninguna de esas notas fue publicada por este diario.
La circulación de estas falsificaciones se ha dado principalmente a través de Facebook, X (antes Twitter) y WhatsApp, plataformas donde los usuarios replican los pantallazos sin enlaces verificables ni contexto adicional.
La apariencia de autenticidad de las imágenes ha llevado incluso a políticos de oposición y cuentas verificadas a difundirlas como si se tratara de información legítima, lo que ha amplificado su alcance e impacto.
Manipulación
Las supuestas noticias presentan elementos visuales que simulan con precisión el formato de EL HERALDO: el tipo de letra, la estructura de los titulares, los colores corporativos, la hora de publicación e incluso el nombre de reporteros reales.
No obstante, tras una verificación, se confirmó que se trata de una manipulación realizada a través del código HTML de páginas web auténticas.
Este tipo de falsificación se realiza accediendo al contenido de una noticia verdadera mediante herramientas disponibles en navegadores como Google Chrome o Mozilla Firefox.
Desde allí, los desinformadores editan visualmente la información usando la función “Inspeccionar elemento”.
De esa forma, cambian el texto del titular, el nombre del autor o cualquier parte visible de la página en su propia pantalla, sin modificar el contenido alojado en los servidores del medio. Luego, capturan la imagen y la presentan como una prueba falsa de una supuesta publicación real.
Casos
Uno de los ejemplos más compartidos en las últimas semanas muestra un titular falso que afirma que el expresidente Manuel Zelaya tendría una cuenta secreta en Suiza con seis mil millones de lempiras.
En otro caso, se atribuye a este medio un titular que asegura que Rixi Moncada es la política “peor valorada” en encuestas recientes.
Al buscar esas noticias en el sitio web de EL HERALDO, no hay ningún rastro de su existencia. Tampoco figuran en los registros de publicaciones ni en las redes sociales oficiales del medio.
A pesar de su falsedad, ambas imágenes fueron compartidas por figuras públicas, lo que contribuyó a consolidar su credibilidad entre los seguidores. Este fenómeno demuestra cómo la apariencia visual puede ser utilizada como herramienta para difundir desinformación con alta efectividad.
El riesgo de estas suplantaciones no es solo reputacional. También representa una amenaza para el debate democrático, la libertad de prensa y la confianza ciudadana.
Cuando una noticia falsa es atribuida a un medio legítimo, adquiere una autoridad que no tiene, y por tanto es más creída, más compartida y más difícil de desmentir.
En un contexto electoral y polarizado, este tipo de prácticas se convierte en una estrategia de manipulación digital.
Detectar, importante
El equipo de verificación de EL HERALDO advierte que cualquier publicación que circule sin enlace, contexto o confirmación oficial, debe ser tratada con escepticismo.
La ciudadanía tiene a su disposición canales para consultar directamente la veracidad de cualquier contenido atribuido al medio.
Además, recuerda que ninguna imagen aislada puede considerarse como prueba de una publicación real si no está disponible en el sitio web oficial o en sus canales verificados.
La suplantación de medios de comunicación no es nueva, pero se ha vuelto más sofisticada. Su éxito radica en explotar la confianza visual que los usuarios depositan en marcas periodísticas consolidadas.
La falsificación de contenidos con apariencia de medios legítimos representa una nueva fase en la desinformación digital, donde el engaño no solo se basa en lo que se dice, sino en cómo se presenta.
En tiempos de información abundante y desinformación frecuente, el principio más elemental del periodismo sigue siendo una herramienta valiosa para el público: contrastar, buscar la fuente y no compartir aquello que no se pueda verificar.