Los ocho candidatos a la Presidencia de la República de Honduras han presentado ante diversas organizaciones y foros públicos sus programas de gobierno.
No obstante, a dos meses de las elecciones generales, convocadas para este 24 de noviembre, el gobierno de Porfirio Lobo Sosa aún no ha expuesto a los presidenciables la situación fiscal de la administración pública.
Quien gane las elecciones recibirá una deuda pública cercana a 162,000 millones de lempiras (7,857.2 millones de dólares), un servicio de deuda de 23,000 millones y un déficit fiscal entre 6% y 8% del PIB (23,202 y 30,936 millones de lempiras).
Estas tres variables reflejan la crisis fiscal que encontrará quien asuma la Presidencia de Honduras el 27 de enero de 2014.
Organismos como el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) ven con enorme preocupación el deterioro de las finanzas públicas, razón por la cual consideran que el Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional de Honduras deben promover una discusión abierta y transparente de la política fiscal y del presupuesto.
EL HERALDO conversó con Ricardo Barrientos, economista senior del Icefi, sobre el panorama fiscal del sector público de Honduras y la importancia de este tema en la agenda de los que aspiran a dirigir los destinos del país durante el período 2014-2018.
EL HERALDO: ¿Cuál es la propuesta que Icefi plantea al gobierno hondureño?
Que en estas elecciones tiene que haber un debate abierto e instructivo sobre los temas fiscales, con un abordaje de manera integral y no solo lo tributario, de lo contrario comienza la desconfianza y el sector privado se opone. Esa reforma fiscal debe comenzar con la calidad y efectividad del gasto; el segundo elemento, la transparencia y el combate a la corrupción; tercero, el tema de la responsabilidad y de la viabilidad financiera de lo que se quiera hacer.
¿Cuál es la relación de las propuestas de campaña que realizan los presidenciables y las finanzas públicas?
En el año electoral se tiene que actuar de manera transparente y cada uno de los nueve partidos políticos, cada uno de los ochos candidatos a la presidencia, están haciendo promesas. El gobierno tiene la responsabilidad de presentar el proyecto de presupuesto 2014, hay una oferta electoral y hay que preguntarse cuánto cuesta; la ejecución plena de las promesas de campaña, así como el programa de gobierno que están haciendo los candidatos, tienen un costo. La política fiscal en vez de ser un mecanismo que viabilice las propuestas de campaña lo que puede hacer es impedirlas, entonces el gobierno sufrirá una parálisis.
Las promesas de campaña pueden ser únicamente ofrecimientos para captar simpatías y no ofertas reales.
Con las finanzas públicas hondureñas como están no se pueden cumplir esas promesas de los candidatos. Esa es la razón por la cual el Icefi promueve el análisis serio, responsable, democrático y político serio, ya que habrá que hacer algo para cumplir con esas promesas y con el plan de gobierno.
En Honduras no se está teniendo el debate más completo para abordar la situación fiscal del país y así saber qué hará el que gane las elecciones, creo que el gobierno debería convocar a ese diálogo para que presente a los candidatos las condiciones de las finanzas. Si las finanzas públicas hondureñas siguen como van, nada de los ofrecimientos de los candidatos se podrán cumplir, porque para hacer algo se necesitan recursos.
Los candidatos han realizado una serie de ofrecimientos en diversos foros, pero ninguno ha expuesto su plan para sanear las finanzas públicas. Todos los temas, los debates y todos los ámbitos son importantes, las ofertas de educación, salud, apoyo financiero, entre otros temas tienen que ser parte de un debate responsable porque, de lo contrario, no son ofertas políticas, son demagogias; a los políticos les gusta ofrecer pero no les gusta ser responsables en la política fiscal.
Se tiene que saber de dónde saldrá el presupuesto para pagar a los contratistas que realicen las promesas de campaña.
El Icefi presentó en marzo pasado el informe “La política fiscal hondureña en cuidados intensivos”, ¿cuál es el diagnóstico seis meses después?
Me asusté mucho cuando me dijeron que el déficit fiscal del gobierno de Honduras puede alcanzar 6% del PIB en 2013, otros colegas hablan del 8%. No vemos que haya un esfuerzo verificable con resultados para el saneamiento de las finanzas públicas, hay señalamientos de una expansión del gasto corriente en este año electoral.
¿Cuál puede ser el aporte de un pacto fiscal para mejorar las finanzas públicas de Honduras?
Esta es una excelente plataforma para abordar el debate de la situación fiscal del país, pero tiene que ser un ejercicio legítimo porque los hondureños (as) ya están cansados del show, en donde se convocan a todos los sectores, se firma un papelito y después no se cumple. Hay tiempo político de sobra para alcanzar un acuerdo antes de las elecciones.
El gobierno tiene que convocar a un espacio abierto para exponer el escenario fiscal y describir lo que se tiene preparado para 2014. Debería conformarse un grupo de los 10 o 15 exsecretarios de Finanzas y presidentes del Banco Central para que preparen un pacto fiscal integral, tal como se hizo en Guatemala en el año 2000 con un decálogo para el primer año de gobierno, pero que se cumpla y para eso se le debe exigir responsabilidad a los tecnócratas. Debe contener las diferentes corrientes de pensamiento económico e ideológico, con las 10 medidas urgentes para estabilizar las finanzas públicas, los que deben ser entregados a cada uno de los ocho candidatos. El acompañamiento del sector privado y de la comunidad internacional será necesario para la verificación del pacto fiscal.