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'No podría pedirle más a Dios”

Wilmer se retiró como los grandes en una fiesta monumental. En el inicio de los actos no pudo contener las lágrimas

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16.01.2012

“No puedo pedirle más a Dios”, dijo Wilmer Velásquez cuando ya a las 7:35 de la noche se dirigía de regreso a su casa.

Así cerraba una tarde imborrable para el Matador, quien inició muy temprano su camino hacia lo que fue una fiesta espectacular en su despedida.

A las 2:00 salió de su casa acompañado por su esposa Nuria y de sus hijos, el recorrido de su casa fue el más largo de su vida.

A las 2:26 llegó al Nacional, donde se encontró con sus excompañeros en el estacionamiento para entrar juntos al estadio, caminaron juntos Denilson Costa, Nerlin Membreño, José Luis Pineda y Arnold Cruz, quienes hicieron su entrada a camerinos; adentro, Alex Pineda Chacón los esperaba.

“Estoy muy contento y agradecido con Dios”, dijo a su entrada a los camerinos.

A las 3:05 saltó a la cancha a calentar y recibió la primera ovación del público.

La otra ovación la tuvo a las 3:47, cuando ingresó en medio de un pasillo de olimpistas y alajuelenses.

A las 3:53 la emoción retenida en el pecho del Matador estalló, al momento de entonarse el Himno Nacional no logró contener las lágrimas y lloró.

“Fue complicado porque fue un sentimiento, es una pasión y esto hay que poder controlarlo, pero muchas veces es difícil”, le contó a Zona después.

Minutos más tarde, Rafael Ferrari lo despedía con una placa y un discurso, “el equipo más exitoso y popular de nuestro país le dedicó este homenaje en el año de su centenario a Wilmer Velásquez, el jugador más emblemático de la historia del Olimpia”, dijo el presidente del Albo.

Igual lo hicieron Rafael Callejas, que en nombre de Concacaf, Uncaf y Fenafuth le entregó tres placas.

Antonio Rivera Callejas lo hizo por parte de la Liga Nacional y hasta el Alajuela le regaló una camiseta con el número 11. Durante su discurso, Wilmer exhortó a los nuevos jugadores diciendo: “Este es un legado para las futuras generaciones, cuando uno se hace de un compromiso y una responsabilidad de defender los colores de una institución luego van a ser los galardonados igual o mejor que en este momento”.

A las 4:15 inició el partido y Wilmer comenzó a recordar sus tiempos de jugador, “a pesar de haber tenido mucho tiempo de no jugar, gracias a Dios pudimos terminar bien”.

A las 5:35 llegó un momento cumbre, el Matador anotó el 1-0, “esperaba que se me brindara la oportunidad si el delantero no patea al marco difícilmente los goles se te van a dar, pero hoy con complicidad del portero pero la pelota se fue adentro”, dijo Wilmer, que recordó que no se preocupó cuando falló ocasiones claras porque eso es parte de ser delantero.

A las 5:53 entraron sus excompañeros, quienes a pesar de su retiro no desentonaron.

“Quiero agradecerles porque lo hicieron muy bien y como dice Alex, el toque no se olvida”, dijo entre risas.

El Matador se despidió en medio de un caos, no logró dar la vuelta olímpica, pero igual lo agradeció. “Gracias a todas esas personas que me respondieron y vinieron al estadio”, dijo al momento en que salía del camerino y del coloso capitalino, donde tiene grandes recuerdos, esos que nunca se olvidan.