El trabajo en cuero es como un arte, donde el talabartero elige un pedazo de material que al final resulta en una fina bota o una elegante y bien elaborada montura.
En los talleres se observan hombres mayores y jóvenes cortando, costurando, tallando, uniendo, armando y puliendo una pieza que luego será distribuida no solo en el municipio, sino a otros ciudades y países, como Danlí, Olancho, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos.
San Marcos es conocido por sus botas, fuertes y de gran calidad, pero el trabajo es mucho más extenso, ya que los artesanos del cuero elaboran todo tipo de productos, que van desde monturas, billeteras y fajas, hasta forros de libros y bolsos para computadoras.
Henry Montalván, propietario de la Zapatería Henry, dijo EL HERALDO que mensualmente hay una producción de 200 pares de botas, cuyos estilos varían, y las hay cuadradas, de media punta, estilo laredo, duranguense y las de punta normal que son las tradicionales de este lugar.
Estos accesorios son hechos en variedad de cueros, como el de vaca, que puede ser café, matizado o grabado, el cuero de ternero, garrobo y lagarto, estos últimos para gustos más excéntricos.
Las fajas en estilos como el repujado a mano y grabado en troquel son parte de la producción que al día es de unas cuatro docenas.