Tegucigalpa

Viejo guanacaste desafía el tiempo

El árbol se localiza en el redondel de la calle La Salle, en el sector de La Reforma.

31.05.2012

Bajo su sobra, centenares de capitalinos han detenido sus pasados fatigados para descansar.

En sus ramas de típico verdor, infinidad de aves han encontrado su hogar.

Y al tiempo que la ciudad alcanza su desarrollo, él, como testigo fiel y silencioso, observa el paso del tiempo.

Es el viejo guanacaste que se localiza en el redondel de la calle La Salle, en el sector de La Reforma.

Según Gerber Aguirre, un antiguo vecino del sector, el ejemplar de tronco aún macizo y frondoso y de la familia leguminosae podría tener más 300 años.

“Yo me atrevo a creer que es el más viejo de la capital y que tiene unos 300 años porque hace ya varios meses que vinieron unos dasónomos a estudiarlo y dijeron que eso tenía”, manifestó Aguirre.

El capitalino informó que los expertos brindaron otro dato interesante del guanacaste y es que posiblemente aún le queden seis décadas de existencia.

Visiblemente puede apreciarse en este árbol que su lozanía compite con los surcos que le han dejado las termitas y los huecos que a pulso le han taladrado los pájaros carpinteros que en el tronco han hecho sus nidos.

“Para los vecinos que habitan en este lugar, este árbol significa mucho, se encargan de cuidarlo, le aplican abono y por eso es que se ha mantenido. Con el tiempo liberará sus ramas y solo quedará parte de su tronco, con un pequeño cogollo y así dirá adiós”, manifestaron.

En la ciudad también hay otros árboles legendarios, como el castaño que ha crecido libre en el atrio de la iglesia El Calvario y el de esquilichuche, único en su especie, que adorna uno de los patios laterales de la Catedral San Miguel Arcángel.

Es necesario que las autoridades se encarguen de la conservación de estos ejemplares que embellecen la ciudad.

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