A siete días de la celebración del 266 aniversario del milagroso hallazgo de la virgen Santa María de Suyapa, madre de todos los hondureños, sus hijos ya adornan su altar con flores y velas.
Los primeros peregrinos empezaron a llegar el viernes, en excursiones que trajeron hasta los pies de la Morenita a 1,500 fieles procedentes de los departamentos de Valle y El Paraíso, y de municipios de Francisco Morazán, como Cedros, Vallecillo y Talanga.
Con melancolía los ancianos recordaban las peregrinaciones de antaño, cuando caminaban a pie desde el hospital San Felipe hasta la ermita de Suyapa para venerar a su santa patrona.
Santos Maradiaga, de 73 años, relata que empezó a viajar junto a su padre, desde Vallecillo, cuando tenía apenas seis años.
“Antes no veníamos en bus, caminábamos bastante; yo he visto cómo crece la iglesia, incluso cuando pusieron la primera piedra del santuario, por eso me alegra ver ahora tan bella la casa de la reina”, manifestó.
Como este grupo de visitantes, se espera que a la largo de la novena se congreguen bajo el altar de la Morenita alrededor de 2.5 millones de peregrinos este año, sobrepasando las visitas de 2012 de 2.3 millones.
El decanato del norte de Francisco Morazán rindió honores a la reina del cielo con una procesión desde la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Luego, en la eucaristía, se meditó el tema del día: “María participa en la manifestación del Señor”, en la homilía ofrecida por el sacerdote Fredy Solórzano.
Especial: Virgen de Suyapa
Ambiente festivo
En los alrededores de la humilde aldea de Suyapa, los colores, aromas y sabores de la feria patronal impregnan el epicentro de la fe catracha.
En el portal de ingreso al santuario los mototaxis esperan a los peregrinos para llevarlos hasta la ermita que es por tradición el primer templo que visitan los peregrinos.
“Por 10 lempiras damos un recorrido a la gente para que disfrute de la feria y conozca la recién inaugurada arcada”, manifestó Ronald Aguilar, operador de un mototaxi.
En el pequeño trayecto de 200 metros se ubican 250 puestos de golosinas, ropa, calzado, abarrotería, dulces y recuerdos que reactivan por 15 días la economía de la zona. En los tres días fuertes del cierre de la novena se mueve un promedio de cinco millones de lempiras por día.
Doris Agripina López, una comerciante de la zona, aseguró que en los últimos días de la feria cada puesto logra recaudar hasta 20 mil lempiras de ganancias al día.
“Cada año esta cifra varía porque todo depende de la cantidad de gente que venga y la capacidad económica que tenga”, detalló.
En los puestos de golosinas el paladar se deleita con los sabores de la gastronomía catracha, desde 20 lempiras se pueden degustar platos típicos como yuca con chicharrón, papas aderezadas con achiote, carne asada, baleadas y pupusas, entre otras delicias.
En los alrededores de la ermita se vive un ambiente de feria tradicional, con juegos mecánicos, tiro al blanco y venta de recuerdos.
Rosarios, imágenes de la virgen, crucifijos, pulseras, collares, llaveros, adornos tallados en madera y camisetas de la patrona son los artículos más comprados por los peregrinos.
Y mientras la festividad toma forma, los organismos de socorro como el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, la Cruz Verde y el Comité Permanente de Contingencias (Copeco) establecen sus carpas de atención.
Solo los bomberos mantendrán 160 elementos de manera permanente; Copeco desplazará hasta su carpa una unidad de rescate, un camión cisterna con tanques de 600 galones de agua potable y tres vehículos pick-up para acompañar el recorrido de la feligresía.