Tegucigalpa, Honduras.- La inconformidad sigue en los pobladores de la colonia Reynel Fúnez y sectores aledaños, ante las promesas incumplidas de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) de ejecutar un proyecto de pavimetación en la zona.
Cansados de tantas largas de la SIT, los vecinos se tomaron la carretera para exigir la reparación vial que hasta el momento no muestra avances significativos.
Recientemente, Octavio Pineda, ministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) aseguró que la obra de pavimentación estaría iniciada antes de las elecciones generales.
“Vamos a visitar esa obra en los próximos días y antes que vengan las elecciones generales tengan por seguro que vamos a comenzar esa obra”, aseguró Pineda.
Sin embargo, los pobladores de la zona cuentan otra historia ya que para poder llegar a las comunidades —Vía Foresta, Ciudad Tecnológica y Praderas Dignas— deben utilizar un camino alterno habilitado dentro de una propiedad privada.
“Eso está horrible, el proyecto tiene más de tres meses y no lo han terminado y tampoco habilitan el pedazo de pavimento que ya hicieron” explicó unos de los afectados.
El molesto poblador apuntó que "apenas han asfaltado unos 250 metros de los 950 que habían prometido".
“No es posible que tengamos que acudir a rutas alternas para llegar a casa, si era algo temporal. Necesitamos que la Alcaldía agilice los procesos de reparación en nuestras zonas” aseguró.
El retraso de la obra afecta a unas 3,000 personas, y 600 familias. "Necesitamos que por una vez se solidaricen con nosotros y cumplan lo que se prometió", exigió el vecino, que diariamente debe movilizarse a su lugar de empleo.
En medio de la desesperación, los pobladores aseguraron a EL HERALDO que si no reciben una respuesta favorable, realizarán más tomas de carretera en los próximos días.
Afectaciones
El pasado 13 de octubre, la Reynel Fúnez resultó afectado por las lluvias que provocarón el colapso de una caja puente que servía como paso vehicular hacia varias comunidades.
Ante el derrumbe, la población optó por tomar caminos alternos arriesgándose a cruzar una quebrada que divide la vía principal.
