El sentimiento de hermandad y solidaridad se desbordó ayer en los pasillos del hospital Escuela.
Bien dice el adagio popular 'no da el que tiene, sino el que quiere', algo que fue puesto en práctica por dos humildes hombres de la ciudad que llegaron al centro asistencial con gorros navideños y su uniforme color naranja.
Ambos trabajan como recolectores de desechos sólidos de la ciudad, pero se tomaron un tiempo para compartir con los enfermos y los familiares de los pacientes del hospital.
Digno de imitar
Nelson Andino y José Rodríguez trabajan con la Alcaldía capitalina y de lo poco que ellos tienen compartieron con estas personas.
'Nosotros damos de lo que Dios nos da, nosotros pedimos las pascuas y de allí compramos unos pancitos con frijoles para los pacientes del hospital', relató Andino.
La silenciosa labor tiene un significado profundo para este humilde trabajador.
Mientras caminaba y les decía alegremente a las personas que tomaran un pan con frijoles que andaba en una hielera azul, contó su agradecimiento para con el hospital Escuela.
'Yo estuve un mes en el hospital y me dieron de alta un mero 24 de diciembre, yo sé qué se siente estar aquí, entonces mi corazón está con el hospital y con Dios', reveló.
Es por ello que este año, en una fecha como esta, destinó sus 'pascuas' a retribuir la atención médica que tuvo en el centro asistencial.
'El miércoles les trajimos sandwichitos, ayer (jueves) unas burritas y hoy (ayer) estos pancitos con frijoles bien envueltitos con su servilletita, no trajimos fresquito porque no nos ajustó', comentó.
Una tradición
Pedir a las personas en las diferentes calles de la ciudad, a criterio de José Rodríguez, es 'una tradición'.
Este año los esquemas se rompieron y decidieron compartir con las personas que más lo necesitan.
'Pedir las pascuas es la tradición de todos los años, pero venir a dejarle un bocadito a la gente hasta este año lo hacemos; nosotros quisiéramos dar más, pero no podemos', dijo.
La hielera llegó cargada de panes, los que en menos de 10 minutos fueron obsequiados a los pacientes y familiares que con mucho agrado los recibieron y calmaron su hambre.