Los conductores de autobuses de la ruta Arturo Quezada-Centro llevan 15 días sin operar debido a las amenazas de grupos delictivos que se dedican al cobro de extorsión.
“Es un problema que tenemos desde hace tiempo en esta ruta y por eso no pueden operar”, dijo Wilmer Cálix, empresario del transporte.
Manifestó que la presión es insostenible, ya que están pagando a demasiadas estructuras criminales. La suspensión del transporte público obliga a las personas a caminar hasta otras colonias para trasladarse o pagar un taxi colectivo.
“A esta ruta ya se le paga a cinco estructuras, y con esta nueva que se suma, serían seis”, indicó Cálix.
Los residentes de la colonia Arturo Quezada pidieron más seguridad al gobierno, ya que en los últimos días se les ha dificultado transportarse para realizar sus actividades en la ciudad.
Otra de las rutas afectadas por este flagelo es El Lolo-Buenos Aires, que desde hace varios meses enfrenta una situación similar.“La ruta de Lepaterique también opera solo al 50% debido a esta problemática”, lamentó el entrevistado.
El sector del taxi sufre las consecuencias de esta crisis. El tema de la extorsión tiene de rodillas al sector transporte con estos cobros.
Según los dueños de autobuses, se pagan entre 40 y 50 millones de lempiras al mes a diferentes grupos delictivos para poder operar.
Este flagelo no solo afecta el bolsillo de los propietarios, sino también a los conductores y sus familias, ya que los motoristas y cobradores pagan con su vida si no cumplen con estos pagos.