Tegucigalpa, Honduras.- Fundado en 1877, el Cementerio General de Tegucigalpa no solo es un lugar de reposo para familias capitalinas y personajes ilustres, sino también un sitio que guarda parte de la historia política del país: allí descansan nueve presidentes de Honduras.
El director del Archivo Nacional de Honduras, Josué Sevilla, recordó a Policarpo Bonilla como “uno de los caudillos más influyentes de su época y un referente del liberalismo” que descanza en el camposanto de Comayaguela. Bonilla gobernó en la década de 1890, impulsó la revolución de julio de 1894 y en 1898 fundó el Partido Liberal.
En este cementerio también se encuentran los restos de Miguel Rafael Dávila Cuéllar, presidente entre 1904 y 1905, cuyo mandato estuvo marcado por guerras civiles y divisiones internas en el Partido Liberal, así como por la irrupción política de Manuel Bonilla. “Tiburcio Carías Andino es recordado como uno de los grandes caudillos del Partido Nacional”, afirmó Sevilla. Su tumba está en el camposanto capitalino.
No obstante, historiadores debaten si el verdadero fundador del partido fue Manuel Bonilla, junto con Carías, Paulino Valladares y otros líderes entre 1923 y 1924. Carías, de hecho, inició su carrera política en el Partido Liberal antes de convertirse en figura central del nacionalismo.
Otro presidente sepultado en este cementerio es Rafael López Gutiérrez (1921-1924), quien se negó a entregar el poder tras perder las elecciones, lo que derivó en la sangrienta guerra civil de 1924. Durante ese período asumió todos los poderes del Estado y desconoció el triunfo de Carías Andino.
Por otra parte, Julio Lozano Díaz, quien asumió la presidencia en 1954 tras la salida de Juan Manuel Gálvez, también dejó una huella polémica y sus restos yacen en el Cementerio General capitalino.
En su corto mandato se enfrentó a la huelga bananera y a la invasión de Castillo Armas desde Guatemala apoyada por la CIA. Según Sevilla, “Lozano Díaz organizó unas elecciones señaladas por graves casos de corrupción” antes de ser derrocado mediante un golpe de Estado.
Por su parte, el historiador hondureño Daniel Vásquez, avala que en el Cementerio General está enterrado Enrique Gutiérrez, quien estuvo al mando del país cuando Marco Aurelio Soto salió de la Nación.
“Antes no existía la figura de vicepresidente. Se le llamaba vicejefe en el siglo XIX. Cuando el presidente se ausentaba, había un Consejo de ministros”, explicó Vásquez.
Amplió que Enrique Gutiérrez coordinó el gabinete junto a Luis Bográn y Rafael Alvarado Manzano, lo que confirma la veracidad de los registros históricos.
Vásquez también señaló la dificultad para localizar la tumba de Domingo Vásquez, presidente conservador. “La historiografía casi lo ha invisibilizado porque era contrario a las ideas liberales de la época”, dijo el entrevistado.
Durante el gobierno del presidente Vásquez se creó el departamento de Cortés y se nombró a San Pedro Sula como cabecera departamental.
Según Vásquez, la mayoría de los presidentes enterrados en este cementerio impulsaron la inserción de Honduras al mercado capitalista internacional a través de actividades económicas como la minería. “Para eso necesitaban centralizar el país y generar una identidad nacional”, explicó Vásquez.
Durante esta temporalidad se crearon símbolos como el Panteón de Héroes Nacionales y La Bandera, recordando la importancia de consolidar la identidad nacional ante desafíos políticos y económicos.
Este camposanto se ha convertido en un referente histórico y cultural, testigo de la evolución política de Honduras y de los desafíos sociales enfrentados por cada generación de líderes.
El historiador Sevilla destacó que estas tumbas permiten conocer cómo los líderes políticos contribuyeron al desarrollo del país y cómo sus decisiones repercutieron en la sociedad de la época.
El espacio también es escenario de visitas educativas y culturales, donde estudiantes y ciudadanos pueden apreciar la arquitectura funeraria y la historia que cada sepulcro encierra.
En particular, la tumba de Policarpo Bonilla se distingue por su pirámide funeraria, obra del arquitecto Augusto Bressani, un ejemplo de la influencia europea en la construcción de monumentos en Honduras.
El historiador Ismael Zepeda también coincide en que Enrique Gutiérrez ocupó la presidencia de manera provisional en 1883, cuando Marco Aurelio Soto se ausentó del país. Ramón Rosa fue ministro general del gobierno.
Por otra parte, recordó que el portón del Cementerio General, que aún se mantiene en pie, fue donado por Washington Valentine, socio mayoritario de la Rosario Mining Company en San Juancito.
Los presidentes que la historia registra enterrados en el Cementerio General:
Julio Lozano Díaz
Policarpo Bonilla
Alberto de Jesús Menbreño
Miguel Rafael Dávila Cuéllar
Vicente Mejía Colindres
Vicente Tosta Carrasco
Rafaél López Gutiérrez
Tiburcios Carías Andino
Ramón Ernesto Cruz
En esta lista figura también al presidente Domingo Vásquez, aunque historiadores aseguran que está enterrado en el Cementerio General, otros afirman que hasta los momentos no hay registros históricos.
