Tegucigalpa, Honduras.- El anillo periférico es una de las vías más transitadas de Tegucigalpa y Comayagüela, sin embargo, el corredor vial presenta baches, hundimientos y tramos que complican la circulación vehícular.
Los problemas se concentran por tramos, sin embargo, en la Residencial Honduras, La Cañada y la salida al sur, es donde los baches y el tráfico en horas pico crean un riesgo constante.
Desde la colonia Hato de Enmedio hasta Lomas de Toncontín, al menos diez baches grandes afectan la libre circulación de vehículos y motocicletas todos los días, provocando daños mecánicos.
A pesar de ser una de las calles más transitadas, la atención al mantenimiento es insuficiente. Los agujeros persisten y el asfalto se deteriora rápidamente.
Conductores también señalan problemas en el tramo del paso elevado Papa Francisco, donde los baches obligan a reducir la velocidad, invadir carriles y generan tráfico constante.
El transporte público tampoco escapa de los efectos. Buses y microbuses deben circular despacio, provocando retrasos y malestar entre los usuarios.
Las lluvias recientes empeoraron el estado de la vía, ya que el agua se acumula en los baches y acelera el deterioro del asfalto.
Las autoridades han prometido programas de bacheo y reparación, pero los trabajos son insuficientes para cubrir toda la vía. Las acciones son puntuales y no solucionan el problema de un vía que ya dio su vida útil.